Si te sientes ansiosa o te sometes a una dieta muy estricta, se modifican tus neurotransmisores cerebrales (serotonina y adrenalina) y tus niveles hormonales (insulina y glucocorticoides), provocando una alteración de tu estado normal. La ansiedad provoca somatizaciones que retroalimentan e incrementan esas alteraciones bioquímicas, causando esos cambios de conducta ...
Si te sientes ansiosa o te sometes a una dieta muy estricta, se modifican tus neurotransmisores cerebrales (serotonina y adrenalina) y tus niveles hormonales (insulina y glucocorticoides), provocando una alteración de tu estado normal. La ansiedad provoca somatizaciones que retroalimentan e incrementan esas alteraciones bioquímicas, causando esos cambios de conducta a nivel alimenticio.
Algunos estudios científicos indican que necesitamos estos "alimentos emocionales" porque actúan como una recompensa inmediata, un premio que nos merecemos y conseguimos disfrutar a través de su sabor, color, olor y textura.
Una situación de estrés o ansiedad afecta a tu organismo a través de 4 mecanismos de acción:
A ello se une el hecho de que la hormona reguladora de la saciedad puede verse alterada por el estado de ánimo provocando que sientas "hambre". Desearás, especialmente ciertos alimentos que se pueden denominar "alimentos recompensa" porque es en ese estado cuando aparece de forma acuciante el anhelo de tomarlos. Así, se continúa investigando el mecanismo de acción de moléculas relacionadas con ese deseo como la leptina y la grelina, hormonas antagónicas cuya actividad regula nuestras ganas de comer.
Cada uno tiene sus propios "caprichos", pero los datos evidencian pautas de consumo similares cuando nos sentimos ansiosos o desanimados. Curiosamente, a cada persona le atrae siempre el mismo, lo que se relaciona con las papilas gustativas del individuo y el placer que le produce consumir ese concreto alimento y no tanto con una necesidad nutricional real.
Entre los alimentos "recompensa" se suelen incluir:
Un fenómeno curioso es el que se presenta en quienes combinan varios de estos alimentos formando composiciones llamativas. ¿Has probado alguna vez las patatas fritas con crema de chocolate?
Si la situación te supera y consideras que es necesario tratarla porque ese deseo de consumo te resulta incontrolable, acude a tu médico de familia para consultar la situación. Es posible que te derive a algún especialista (psiquiatra, psicólogo o endocrino, por ejemplo).