Cualquier estancia de la casa es perfecta para comenzar a saltar a la cuerda. Establece un horario y una rutina diaria para hacerlo, ya verás como en un periodo corto de tiempo notas mejoría y por qué no hasta quemas calorías. Y si te da pereza realizar esta actividad en ...
Cualquier estancia de la casa es perfecta para comenzar a saltar a la cuerda. Establece un horario y una rutina diaria para hacerlo, ya verás como en un periodo corto de tiempo notas mejoría y por qué no hasta quemas calorías. Y si te da pereza realizar esta actividad en solitario podrás animar a otros miembros de tu casa a practicarla, quien sabe, quizás os guste tanto como para incorporarlo a vuestros quehaceres familiares.
Un entrenamiento rápido, económico y eficiente que aporta múltiples beneficios para la salud cardiovascular y muscular, reafirmando piernas, glúteos, brazos y hombros y hasta esculpiendo los abdominales. Saltar a la cuerda no solo es bueno para tus huesos y músculos, también lo es para tu concentración, coordinación, agilidad y equilibrio. Prepárate para sudar la camiseta ganando en fuerza y resistencia.
Si hace bastante tiempo que no saltas a la comba lo recomendable es que empieces por lo básico. Agarra la cuerda por los extremos, mantén el cuerpo erguido y mira al frente. En el momento que la cuerda pase por delante de tus pies, deberás saltar con los pies juntos y las rodillas deben estar flexionadas. Comienza de forma suave y ve incrementando la velocidad de forma progresiva.
Cuando controles el salto base, intenta hacerlo a la inversa. Comienza con la cuerda delante de los pies y pásala por encima de tu cabeza hacia atrás. Ayúdate con los brazos mientras haces el salto.
Para realizar este salto deberás apoyar la pierna izquierda y flexionar la derecha hacia atrás mientras llevas a cabo el ejercicio. Repite cambiando de pierna. La concentración y el equilibrio son fundamentales para esta serie.
Hay que comenzar como al inicio del entrenamiento, pero cuando cojas la confianza suficiente tendrás que llevar una pierna hacia delante y la otra hacia atrás mientras saltas. Tienes que ir alternando entre una y otra de forma simultánea.
Este salto requiere que eleves una de las rodillas mientras saltas. Repite con la otra rodilla. Para incrementar su dificultad intenta llevarla más arriba que la vez anterior. Ganarás en resistencia y movilidad.
Este ejercicio es parecido al que llevaste a cabo al inicio, pero tendrás que pasar la cuerda en vez de una vez hasta dos veces en cada salto que hagas. Recuerda flexionar ligeramente las piernas, saltar bastante alto y coordinar el giro rápido de muñeca con el salto. Es ideal para mejorar la velocidad y la coordinación. Si te ves con ánimos podrás incrementar la serie pasando la cuerda una tercera vez bajo tus pies.