A nivel social es una manera de relacionarse e interactuar con los demás, aunque también hay casos de personas que nunca han probado el alcohol, bien porque no les motiva hacerlo o porque han experimentado algún episodio traumático en su vida asociado con la bebida. El consumo de alcohol nos hace ...
A nivel social es una manera de relacionarse e interactuar con los demás, aunque también hay casos de personas que nunca han probado el alcohol, bien porque no les motiva hacerlo o porque han experimentado algún episodio traumático en su vida asociado con la bebida.
El consumo de alcohol nos hace sentir de forma diferente. Normalmente, la bebida nos lleva a desinhibirnos, algo que nos hace sentir bien, salvo que nos excedamos demasiado. De ese modo, beber puede ser la manera perfecta para perder vergüenza en el caso de los tímidos, mientras que en otros casos, las personas lo utilizan como refugio para superar las penas.
La sociedad nos ha impulsado a beber, tal y como si se tratara de un estilo de vida, y la publicidad se ha encargado de generar una imagen muy atractiva. La felicidad, las risas y las fiestas suelen formar parte de los anuncios y nosotros lo asociamos como algo positivo. ¿Quién no ha brindado en alguna ocasión en algún evento o celebración importante?
Solemos imitar el comportamiento de los demás y, si nuestros amigos, pareja o familiares beben, nosotros también lo hacemos. Es como una especie de tendencia que nos arrastra sin pensar si el alcohol es perjudicial para la salud.
El alcohol puede ser adictivo y puede ser la consecuencia de una catástrofe, como es el caso de los accidentes de tráfico provocados por conductores ebrios. Aunque parezca mentira, es una droga más y puede llegar a ser muy tóxico. Su ingesta puede perjudicar gravemente a órganos del organismo y a la producción de neurotransmisores. De hecho, los bebedores reiterativos que deciden dejarlo y convertirse en personas abstemias, suelen padecer ciertos síntomas a nivel psíquico y neurovegetativo.
En realidad, somos capaces de socializar sin necesidad de beber. Se trata de una presión social que podemos obviar, apostando por un nivel de vida abstemio, donde no exista el alcohol.
Las personas habituadas a beber pueden experimentar mejoras importantes cuando dejan de hacerlo. Lo único que hay que hacer es cambiar ciertos hábitos personales para que nuestro hígado y riñones se sientan mejor.
Además, el estado anímico evolucionará al dejar de tener tantas subidas y bajadas como antes. Según esto, la creencia popular de que el alcohol mejora nuestro humor es falsa. Tal vez, en un primer momento nos haga sentir más animados, pero lo cierto es que su función es depresora.
Sin alcohol, podrás conciliar mejor que antes el sueño, siendo más reparador. También es posible perder peso, pues el alcohol da hambre y la tentación a la hora de picotear suele ser más grande. Ya se sabe que, en España, tomar una cerveza con un aperitivo poco saludable es algo a lo que estamos acostumbrados.
Otro beneficio del estilo de vida del abstemio guarda relación con la hidratación. Cuando más alcohol se consume, más orín eliminaremos. Sin embargo, estas pérdidas constantes de agua no harán otra cosa que deshidratarnos.
Tu bolsillo también te lo agradecerá. El alcohol cuesta dinero, más aún si nos encontramos en locales de ambiente nocturno. De esa manera, podrás ahorrar los fines de semana y concederte otro tipo de caprichos menos adictivos.