Victoria Carmona
Hace pocos días, acababa en París la Cumbre del Clima, en la que mandatarios de todo el mundo se han comprometido a cumplir con una serie de compromisos para frenar el deterioro que sufre nuestro planeta. Pero no sólo ayudan las grandes medidas, reformar nuestros hábitos en nuestro entorno también ayudará a lograr este objetivo.
Compartir, reciclar, comprar productos locales, apostar por la segunda mano, reducir el plástico, apostar por productos sostenibles y ecológicos o ahorrar energía en nuestros hogares y lugares de trabajos, aportarán un gran granito de arena para salvar la tierra. En casa - Reducir el consumo de plástico, que tanto puede llegar a ...
Compartir, reciclar, comprar productos locales, apostar por la segunda mano, reducir el plástico, apostar por productos sostenibles y ecológicos o ahorrar energía en nuestros hogares y lugares de trabajos, aportarán un gran granito de arena para salvar la tierra.
En casa
- Reducir el consumo de plástico, que tanto puede llegar a contaminar, comprando a granel y evitando comprar muchos productos envasados en este elemento.
- Apostar por muebles sostenibles con materias recicladas, como con papel de periódicos o reciclando aquellos viejos muebles que hemos desechado.
- Electrodomésticos eficientes de categoría A y evitar dejar los aparatos en stand by.
En la empresa
- Reducir el consumo de aquellos productos que son difíciles de reciclar e intentar darles una segunda vida a aquellas cosas que ya no vamos a usar con un sistema efectivo de recogida de residuos.
- Economía colaborativa como compartir coche, utilizar bicicletas públicas, mensajeros que reparten los paquetes cerca de casa con su propio coche, evitando vehículos industriales o incluso compartir espacios de trabajo y medios para evitar el derroche de energía y de materiales.
En el colegio
- Red de ecoescuelas, que existe ya en muchas provincias y en las que de la mano de la Asociación de Educación Ambiental organizan un comité ambiental que pone en marcha medidas respetuosas con el consumo de agua, energía y reciclaje de residuos.
- Huertos escolares. También hay una gran cantidad de centros de educación que apuestan por poner en marcha huertos ecológicos con productos que luego venden a la propia comunidad educativa y que les conciencia sobre la importancia del autoabastecimiento.
Como consumidores
- Segunda mano para la ropa, los electrodomésticos, los muebles, los juguetes o para cualquier otro artículo que ya no queramos en casa, pero que no tenemos por qué tirar.
- Kilómetro 0 o consumir alimento que se produzcan cerca de nuestros hogares, ayudando a los productores locales y evitando la contaminación del transporte. Ya existen muchas plataformas que ponen en contacto a productores locales con consumidores.
- Energía limpia a través de energías renovables comercializada a través de cooperativas de consumidores sin ánimo de lucro.
- Contra la obsolescencia programada que acaba con la vida de los productos en una fecha determinada, independientemente de la vida útil del mismo. Podemos consumir productos que tengan una larga vida.