Carmen Reija
Cuando vemos películas de romanos, por ejemplo, nos sorprendemos y maravillamos al verlos comer tumbados cómodamente en un sofá. No es recomendable imitarlos porque la idea, aunque resulte atractiva, no es saludable. Esa incómoda postura modifica la entrada de alimentos al estómago y puede pasarnos factura en forma de gastritis o reflujo o, simplemente, una mala digestión. Siéntate a la mesa, desconecta y disfruta de lo que tienes en el plato.
Alrededor de la mesa se suelen celebrar muchas cosas, pero no debemos pensar en ella únicamente para esos momentos felices. Debería formar parte de nuestra rutina diaria. Desayunar, comer o cenar sentados cómodamente mejora nuestra salud y nos ayuda a socializarnos, aunque parezca que no es así. Aprovecha el momento ...
Alrededor de la mesa se suelen celebrar muchas cosas, pero no debemos pensar en ella únicamente para esos momentos felices. Debería formar parte de nuestra rutina diaria. Desayunar, comer o cenar sentados cómodamente mejora nuestra salud y nos ayuda a socializarnos, aunque parezca que no es así. Aprovecha el momento para hablar con tu familia y comentar lo que os apetezca, haced planes, etc. evitando las discusiones que fastidiarán el momento.
Las prisas pueden inducirte a buscar un sistema para comer rápidamente y volver a tu trabajo lo antes posible pensando que esos minutos que “ganas” son imprescindibles. Pero no es así. Comer de pie o tomar un café fugaz no supone más que añadir un poco de tiempo a tu actividad, pero seguro que puedes prescindir de ello.
Es importante disponer del tiempo suficiente para hacer tus comidas con tranquilidad. Apurar la ingesta puede provocarte problemas relacionados con la digestión de los alimentos que, al ser deglutidos sin masticar, serán más difíciles de digerir al llegar al estómago. A ello se une que, al tragar tan rápido, ingieres aire que puede provocar los incómodos gases que te harán pasar una mala tarde.
A nivel del control de peso, es fundamental comer despacio, saborear la comida y dejar que tu organismo se sacie con calma, sin presiones, para evitar comer más de lo que necesitas y percibir la sensación de saciedad antes. La cantidad de comida ingerida es mucho menor cuando te concentras en lo que estás haciendo que si estás pensando en otras cosas y no le prestas la atención que se merece al acto de comer.
Aunque son muchas las recomendaciones que los expertos en nutrición señalan, queremos destacar las siguientes:
-Elige bien el local al que vas. Es absurdo que acudas a un sitio que sabes que no te gusta porque ya has ido y la experiencia ha sido negativa. Es bueno probar novedades y seguro que encontrarás opciones muy interesantes. Mantén tu mente abierta.
-Evita picar en la barra. Comerás más de lo que quieres y sin controlar exactamente lo que ingieres. No es necesario que te escapes de ella, pero no la conviertas en el centro de tus salidas. Utilízala para tomar el aperitivo y, cuando lo acabes, siéntate a comer en la mesa.
-Ante todo… comodidad. Silla que te permita mantener la espalda erguida y mesa a una altura adecuada para no tener que estirarte o doblarte.
-Bebe lo que quieras. No es cierto que engorde beber durante la comida y te viene bien para mejorar la digestión.
-Concéntrate en la comida. Apaga la tele, el móvil, la radio…y, simplemente, disfruta de la comida. Te sentará mejor lo que comas.
-Mastica bien los bocados. No debes tragar compulsivamente sin disfrutar de lo que tienes en la boca. Mastica varias veces para mejorar tu digestión, disminuir el apetito y la ansiedad por la comida.