En su composición podemos señalar que los huevos de gallina contienen aproximadamente el 10% de la proteína diaria recomendada (y aminoácidos esenciales), lípidos (mono y poliinsaturados buenos para la salud), vitaminas (A, B8, B12, D, ácido fólico) y minerales (hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc en diferentes proporciones). Su aporte calórico no es tan elevado como crees (unas 80 calorías) aunque se incrementa si lo consumes frito en aceite.

Es importante que se encuentren intactos y limpios con una cáscara entera porque cualquier rotura permite el paso de gérmenes a su interior. La presencia de alguna pequeña mancha de sangre en su interior (que puede retirarse con un cuchillo limpio) o de nubes en la clara (suelen deberse a la frescura del huevo) no plantea ningún problema de salud. Si tienes dudas sobre su frescura, introdúcelos en un recipiente con agua; si flotan tíralos porque no están lo bastante frescos. Otra opción es que observes su textura y color al abrirlos: si la clara es muy líquida y la yema aplastada…no son frescos.

Al llegar a casa, mételos en la nevera inmediatamente porque deben conservarse siempre refrigerados y su duración es de unos 28 días desde la puesta. No debes conservarlos a temperatura ambiente aunque así los veas en los puntos de venta. Tampoco se recomienda lavarlos antes de guardarlos en la nevera para evitar la aparición de moho. Antes de consumirlos (cocinados o no) debes lavarlos bajo el chorro de agua fría y cascarlos en un recipiente diferente al que vas a usar para batir o que contenga otros alimentos.

El principal riesgo alimentario es la infección por Salmonella (conocida como salmonelosis). Es una bacteria transmisible al hombre a través de los alimentos especialmente en épocas de calor. Debes mantener la cadena de frío para evitar su desarrollo, por lo que si llevas la comida a la playa, por ejemplo, utiliza una nevera para garantizar que la comida está a temperatura adecuada. Mucho cuidado con el consumo de mayonesa y ante cualquier síntoma inesperado (dolor abdominal, diarrea, fiebre, etc.), acude al médico.

No es recomendable por razones nutricionales y de seguridad alimentaria consumirlos en crudo de manera excesiva. Contienen avidina, un antinutriente que bloquea la absorción de biotina, pudiendo causar su déficit tal como se ha observado en quienes consumen grandes cantidades de clara cruda para aumentar su masa muscular. Muy interesante su consumo en los grupos con necesidades alimenticias específicas como los ancianos, adolescentes, gestantes, vegetarianos y quienes siguen dietas hipocalóricas.

Puedes prepararlos de muchas maneras diferentes: cocidos, escalfados, rellenos, fritos, etc. Es un elemento habitual en deliciosas recetas utilizado en cualquier parte del menú: aperitivo (huevos rellenos), primer plato (revueltos variados), segundo plato (merluza empanada), postre (natillas), picoteo (croquetas), etc.