En la tercera temporada de 'The White Lotus' cambiamos nuevamente de resort, pero la esencia inicial sigue estando presente. Primero fue Hawái, luego Sicilia y ahora le toca el turno a Tailandia. Los huéspedes tienen una semana por delante para dejar atrás los quehaceres diarios y relajarse, con la única preocupación (o eso intentan), de tomar el sol, alimentar su cuerpo y alma, y acudir a las clases de yoga o los tratamientos disponibles en el complejo, estando aislados del mundo exterior. Como ocurrió en la anterior sesión, hay personajes que vuelven a hacer su aparición interestelar. La música, los sonidos, el arte, el juego de luces y sombras, los paisajes y la climatología… todo está lleno de simbolismos que nos anticipan cómo el mar puede despertarse revuelto y agitado, y aquello que hoy se muestra en calma, mañana podría transformarse en una tormenta. Las diferencias entre clases sociales vuelven a hacerse evidentes. Están los clientes que se hospedan en un complejo de lujo y que tienen todas las necesidades cubiertas, los trabajadores del hotel que están dispuestos a hacer que la estancia en sus instalaciones sea lo más agradable y confortable posible para que estos no tengan que preocuparse de nada y los que aspiran, con ambición, a cambiar el rumbo de su vida, dejando atrás quienes son. 

En esta ocasión han realizado el check-in una familia un tanto peculiar, compuesta por cinco miembros: Timothy (Jason Isaacs) y Victoria (Parker Posey), que son los padres de Piper (Sarah Catherine Hook), Saxon (Patrick Schwarzenegger) y Lochlan (Sam Nivola). Tres amigas que tras unos años separadas vuelven a hacer un viaje juntas para pasárselo bien y recordar épocas pasadas. Este grupo de inseparables compañeras está formado por: Laurie (Carrie Coon), Jaclyn (Michelle Monaghan) y Kate (Leslie Bibb). Dos parejas que no se conocen entre sí, pero que a simple vista también tienen sus rarezas: Greg (Jon Gries) y Chloe (Charlotte Le Bon), y la compuesta por Rick (Walton Goggins) y Chelsea (Aimee Lou Wood), a los que se unen también una madre y su hijo, representados por Belinda (Natasha Rothwell) y Nicholas (Zion Lindsey). En el extremo opuesto y como parte del hotel se encuentran Gaitok (Tayme Thapthimthong), uno de los vigilantes de seguridad del establecimiento, Mook (Lisa), una de las trabajadoras del resort, Fabian (Christian Friedel), en su papel como encargado, Valentín (Arnas Fedaravicius), el "mentor de salud" del hotel, y los dueños de este imperio, Jim (Scott Glem) y Sritala (Lek Patravadi).

Si nos adentramos un poco en las personalidades de cada uno, veremos como la familia no es tan perfecta ni está tan unida como podría parecer, y que cada uno tiene sus propios traumas. Victoria vive ajena a toda realidad y quiere estar tranquila, escapa de cualquier persona que la altere y no le apetece hablar ni relacionarse mucho con otras personas. Timothy a medida que va transcurriendo la trama irá cambiando su forma de ser, pasando de ser una persona que está continuamente enganchada al teléfono a repudiar por completo el contacto con la tecnología. De modo que pasa de comerse al mundo a ser devorado por este. La única preocupación de Saxon es dejarse llevar, prepararse batidos de proteínas, disfrutar y mantenerse en forma. Piper representa la calma, rehúye del conflicto y sueña con buscar la paz interior que es imposible de encontrar en el entorno familiar, pero no sé da cuenta de que no hay escapatoria posible y cuando estás programado para tener el mundo a tus pies es difícil empezar desde abajo. Lochlan es el menor de los hermanos, va un poco a remolque de ellos. No tiene mucha personalidad e idolatra a Saxon. Por su parte, Laurie, Jaclyn y Kate no se soportan, habrá celos, desengaños y mantendrán una relación un tanto extraña, entre el quiero y el no puedo, y se respirará mucha tensión en el ambiente. Valentín, el mentor de salud, intentará arrojar luz ante tanto caos o quizás su intervención acabe desencadenando la tormenta (quien sabe). Belinda acude al resort con un propósito muy claro: continuar formándose y adquiriendo nuevos conocimientos para desempeñar su trabajo como masajista. Sin embargo, ya se sabe que no siempre las cosas son tan bonitas como las pintan y podría cruzarse en su camino un inesperado acontecimiento que torciese su plan. Rick y Chelsea son una pareja diferente, que encuentra el entendimiento de una forma un tanto rocambolesca, ya que la novia de Rick es muy espiritual, cree en las energías y en el destino, pero este no se lo pone nada fácil. Hay algo que lo atormenta y preocupa, por lo que no tendrá todos los sentidos puestos en la relación o de la forma en la que ella espera. Pero para pareja inusual es el tándem formado por Greg y Chloe, que también son el día y la noche, pero dentro de sus rarezas y maneras de ser parece que van encontrando un punto intermedio de conexión. Aunque en este resort no hay que dar nunca nada por hecho. 

Finalmente, Gaitok representa la bondad absoluta, es inseguro y metódico. Tiene ganas de coger más responsabilidad, pero a su vez siente miedo por lo que le deparará el futuro. Mook es un gran apoyo para él. Sin embargo, esta no se conformará con poco, porque es más ambiciosa y sueña más alto que este. Por su parte, el encargado hará lo que esté en su mano para que en el ambiente se respire la calma, la tranquilidad y porque nada altere el funcionamiento habitual en las instalaciones (aunque esto suponga aplicar el cuento de "ojos que no ven, corazón que no siente"). La semana se mostrará un tanto movida y agitada para cada uno de ellos y ni siquiera los dueños de este hotel de lujo se librarán de los efectos de la tormenta. 

Esta serie, dirigida nuevamente por el director Mike White, tiene ocho capítulos y está disponible en la plataforma en streaming en Max. 

FOTO PRINCIPAL.: Imagen de la serie 'The White Lotus' extraída de la página web de Filmaffinity.