Esther Montoliu, nutricionista y directora de la Unidad de Nutrición y Obesidad de Clínicas Dorsia, explica a esvivir que la inflamación abdominal es uno de los síntomas que más nos acompaña a lo largo de las distintas etapas de la vida hormonal de la mujer. "Muchas veces la sentimos sin ...
Esther Montoliu, nutricionista y directora de la Unidad de Nutrición y Obesidad de Clínicas Dorsia, explica a esvivir que la inflamación abdominal es uno de los síntomas que más nos acompaña a lo largo de las distintas etapas de la vida hormonal de la mujer. "Muchas veces la sentimos sin entender muy bien por qué, o pensamos que tiene que ver solo con lo que comemos. Pero lo cierto es que hay una conexión muy estrecha entre nuestras hormonas y la inflamación, especialmente en momentos como la menstruación, la perimenopausia y la menopausia".
La inflamación abdominal durante la menstruación
Durante los días previos a la regla y en los primeros días de sangrado, el cuerpo atraviesa un cambio hormonal brusco: descienden los niveles de estrógenos y progesterona, lo que puede generar retención de líquidos, gases, alteración del tránsito intestinal y mayor sensibilidad en la zona abdominal.
Montoliu responde que , además, algunas mujeres producen más prostaglandinas, unas sustancias proinflamatorias que ayudan a contraer el útero, pero que también pueden causar molestias digestivas y sensación de hinchazón.
"Los cambios hormonales que se producen durante el ciclo los que pueden favorecer un estado inflamatorio puntual. No todas las mujeres lo experimentan igual, y puede haber más síntomas si existe disbiosis intestinal (desequilibrio en la microbiota), estrés crónico, una dieta alta en procesados o falta de descanso", según la experta.
En definitiva, es una inflamación multifactorial, pero con fuerte componente hormonal, y por eso es más frecuente en las mujeres durante la etapa fértil.
Cómo tratar este problema durante la menstruación
La nutricionista menciona que la clave está en acompañar al cuerpo con hábitos antiinflamatorios que respeten su ritmo. Algunas recomendaciones prácticas:
"Y no menos importante: gestionar el estrés y dormir bien, ya que la inflamación no solo se genera desde el plato, sino también desde las emociones y el descanso", destaca.
La inflamación abdominal durante la peri y menopausia
Esther Montoliu destaca que en la perimenopausia (el periodo de transición hacia la menopausia) los niveles hormonales empiezan a oscilar, especialmente el estrógeno. Esto puede alterar la función intestinal, aumentar la sensibilidad abdominal y favorecer cambios en la composición corporal (más grasa visceral, menos músculo).
"En la menopausia, estos cambios se consolidan: se reduce la masa muscular, hay más tendencia a acumular grasa abdominal y a sufrir inflamación de bajo grado. Esta inflamación no siempre se nota en forma de hinchazón, pero puede manifestarse como fatiga, digestiones pesadas o incluso dolor articular".
Por eso, para la experta, es tan importante ajustar la alimentación y los hábitos en esta etapa, para combatir esa inflamación que ya no es puntual, sino más sostenida en el tiempo.
Qué comer durante estas etapas de la mujer
La nutricionista hace hincapié en comer verduras cocinadas (calabacín, calabaza, espinacas), legumbres bien cocidas, arroz integral, patata, proteínas magras (huevo, pescado, tofu).
También grasas antiinflamatorias: aceite de oliva virgen extra, aguacate, semillas de chía o lino, frutos secos al natural. "Alimentos ricos en fitoestrógenos, como la soja no procesada (tofu, edamame, tempeh), que pueden ayudar a equilibrar los cambios hormonales. Probióticos y prebióticos, para cuidar el intestino: yogur natural, kéfir, chucrut, espárragos, plátano".
Debemos evitar: bollería, fritos, alcohol, embutidos, bebidas azucaradas y exceso de cafeína. "Lo más importante es entender que la inflamación no es algo que debamos normalizar ni resignarnos a vivir con ella. Escuchar nuestro cuerpo, cuidar la microbiota, apoyar al sistema hormonal y mantenernos activas son las claves para sentirnos ligeras, fuertes y en equilibrio en todas las etapas de nuestra vida como mujeres", según Montoliu.
Una perspectiva psicológica
Pilar Conde, psicóloga sanitaria y directora técnica de Clínicas Origen, resalta que sufrir de este tipo de inflamación durante los días del mes en los que menstruamos puede generar rechazo, frustración, ansiedad, malestar… "A nivel emocional es importante aceptar los cambios físicos provocados por los cambios hormonales, son reacciones temporales y fuera de nuestro control, y hay que llegar a convivir con estos cambios desde la aceptación".
Durante la menopausia, estamos viviendo un cambio cultural respecto a esto, gracias a la visibilidad de mujeres con influencia, que ayudan a minimizar y normalizar todas las asociaciones que hay a esta nueva etapa. La experta comenta que los cambios hormonales, los nuevos cuidados… ya son en sí un factor nuevo a afrontar y gestionar, por lo que, si esto se vive desde la normalidad y aceptación, sin duda ayudará a reducir mucha ansiedad y decaimiento que está asociado a este momento vital en la vida de las mujeres.
"El estrés y la ansiedad si están relacionados con la inflamación, por lo que si reducimos los mismos también reduciremos la inflamación", destaca.