En las estaciones más cálidas solemos estar disfrutando más tiempo de los beneficios de estar aire libre, ya sea paseando, practicando deporte, leyendo un libro u organizando otro tipo de actividad que requiera estar en el exterior del hogar. Es ahí cuando los rayos solares entran en contacto con nuestra ...
En las estaciones más cálidas solemos estar disfrutando más tiempo de los beneficios de estar aire libre, ya sea paseando, practicando deporte, leyendo un libro u organizando otro tipo de actividad que requiera estar en el exterior del hogar. Es ahí cuando los rayos solares entran en contacto con nuestra piel y esto permite que el cuerpo produzca la vitamina D. Pero, aunque la teoría es así, depende también del tipo de piel, de la edad, del tiempo que permanezcamos expuestas, de la climatología, de si estamos tomando medicación que interfiera en la correcta absorción de esta vitamina o de si no se están consumiendo los alimentos adecuados. Incluso en caso de llevar una alimentación equilibrada, es posible que no sea suficiente y que sea necesario añadir un suplemento farmacéutico a la dieta.
Contar con unos niveles bajos de vitamina D impide que el organismo funcione como debería, dificultado la absorción de calcio y debilitando los huesos, que pierden su masa ósea, se vuelven más frágiles y se incrementa el riesgo de padecer fracturas. También pueden aparecer los dolores musculares, aumentar la sensación de cansancio, la falta de concentración e influir de manera negativa en el estado de ánimo. Los pacientes que presentan sobrepeso o que padecen el síndrome del intestino irritable suelen tener niveles bajos de esta vitamina debido a que no la absorben de una forma adecuada. Por otra parte, aquellas personas que tienen un exceso de esta vitamina les supone también un problema para su organismo, ya que "puede provocar daño en los riñones si abusamos de los suplementos además de aumentar los niveles de calcio en sangre y provocar confusión, arritmia, náuseas, vómitos, perdida de peso, estreñimiento y falta de apetito", advierten desde la página web de quironsalud.com.
Para conocer los niveles de vitamina D se recomienda realizar un análisis de sangre, que permitirá identificar si existe una deficiencia, si su valor es excesivo o está dentro de los rangos normales. "La dosis recomendada de vitamina D al día es de entre 800-1.000 Unidades (UI) que se pueden obtener a través de los alimentos que ingerimos", informan desde el portal web.
Es importante estar al aire libre todos los días al menos veinte minutos para recibir la carga de energía que se necesita, evitando las horas centrales del día, sobre todo en verano y cuando las temperaturas sean demasiado altas, realizar ejercicio de forma regular y consumir alimentos que contengan esta vitamina. La podemos encontrar en los pescados azules, como las sardinas, el atún, la caballa, el salmón, el bonito, entre otros, en el huevo, en los champiñones, en la leche, la mantequilla y los yogures, y en los cereales.
A veces, a pesar de seguir estas indicaciones, no es suficiente para mantener los depósitos de vitamina D a raya y se requiere complementarlo con suplementos vitamínicos. Desde Quirón Salud inciden en que se debe consultar al médico de cabecera "la dosis y frecuencia con la que deben tomar".
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Amy Humphries en Unsplash.