Nutritivas, versátiles y muy prácticas, las conservas son un plato ideal para el consumo familiar y, también, para los más pequeños. Son ricas en proteínas, vitaminas y minerales lo que las convierte en un alimento ideal para niños ya que les aporta todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento. ...
Nutritivas, versátiles y muy prácticas, las conservas son un plato ideal para el consumo familiar y, también, para los más pequeños. Son ricas en proteínas, vitaminas y minerales lo que las convierte en un alimento ideal para niños ya que les aporta todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento. Un plato saludable que puede incluirse en una dieta equilibrada, que además nos hace la vida más fácil por su versatilidad y nos permite tener la mesa lista en un momento.
Para que los niños se las coman sin protestar y les entren por los ojos (ya sabes, lo importante qué es), Sandra Vaquera, nutricionista de Mi Conserva, empresa navarra especializada en conservas artesanales, te ofrece una serie de consejos para que se lo coman todo sin problema (sobre todo, verduras y legumbres).
Es clave que la educación nutricional en los niños se haga de una manera lúdica para que no identifiquen la comida con un momento terrible del día. Toma nota de estas ideas y verás qué fácil es.
Más ideas para todos los platos (sobre todo para las verduras)
Acompaña con un poco de pan: el pan les suele gustar mucho. Déjales que tomen estos platos con un poco de pan para "engañar" los sabores, hasta que su paladar se haga, poco a poco, a los nuevos sabores. También puedes añadir unos picatostes (daditos de pan frito), sobre todo, si les gusta el toque crujiente.
Con una rica salsa: sin duda, es un acierto con los más pequeños. Si no hay manera de que coman ninguna verdura, tendremos que gastar "los últimos cartuchos". Combina los platos que no quieren comer con su salsa preferida (aunque te parezca una mezcla rara, seguro que a ellos les gusta). Otra opción: espolvoréalas con queso rallado, de sabor más o menos fuerte, según su gusto.
Dales forma divertida a las verduras: córtalas con formas que creen más interés en los niños y les darás un toque diferente. Una idea muy acertada es montar unas brochetas o crear una pizza con ellas. Cocínalas con los niños y compartirás, además, un rato divertido. Añade láminas de champiñones, alcachofa, brécol, cebolla… o las verduras que más les cueste comer. Camúflalas con daditos o láminas de queso mozzarella, salsa de tomate y espolvoréalas con orégano. Convertirás la verdura en un plato más apetecible.
Como complemento a unas albóndigas: suele ser un alimento que les encanta así que ¿por qué no servirlas con una menestra de verdura o con una verdura troceada? Es una buena forma de "engañar" el paladar.
Con huevo: otra buena idea para cocinar en familia. Algo tan sencillo como añadirle un huevo revuelto o preparar una deliciosa tortilla con algunos de estos alimentos será una propuesta infalible