La astenia primaveral está relacionada con la adaptación del organismo a los cambios de luz, temperatura y presión atmosférica propios de esta estación. Estos factores pueden generar alteraciones de los ritmos circadianos y en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la melatonina, afectando el estado de ánimo y ...
La astenia primaveral está relacionada con la adaptación del organismo a los cambios de luz, temperatura y presión atmosférica propios de esta estación. Estos factores pueden generar alteraciones de los ritmos circadianos y en la producción de neurotransmisores como la serotonina y la melatonina, afectando el estado de ánimo y los niveles de energía. En este contexto, la nutrición juega un papel clave para aportar los nutrientes necesarios que favorecen el equilibrio del organismo y contribuyen a mitigar la sensación de fatiga.
Además de una alimentación equilibrada, es fundamental incorporar hábitos saludables que contribuyan a nuestro bienestar general. Mantenerse bien hidratado, practicar ejercicio físico de forma moderada y respetar horarios de sueño regulares son claves para minimizar el impacto de la astenia primaveral. También es recomendable reducir el consumo de cafeína y azúcares refinados, que pueden generar altibajos energéticos.
La alimentación no solo nos nutre, sino que influye directamente en cómo nos sentimos física y mentalmente. Para Isabel Martorell, doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición y Salud en Nootric, "aprovechar los alimentos de temporada y hacer pequeños ajustes en el patrón alimentario pueden marcar la diferencia a la hora de afrontar la primavera con más energía, mejor descanso y mayor vitalidad".