La tortilla francesa es una de esas recetas que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, siendo la elegida cuando estamos mal del estómago, queremos matar el gusanillo, pero no queremos tomar algo muy copioso, también sirve como ingrediente principal de un bocadillo y en el caso de ...
La tortilla francesa es una de esas recetas que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, siendo la elegida cuando estamos mal del estómago, queremos matar el gusanillo, pero no queremos tomar algo muy copioso, también sirve como ingrediente principal de un bocadillo y en el caso de que busquemos una propuesta más contundente siempre se puede rellenar de queso y pavo, espinacas y queso, de atún, de champiñones y gambas, de aguacate y jamón serrano, o de cualquier otro ingrediente que se nos ocurra en ese momento. Incluso puede ser un alimento recomendado para consumir en el desayuno, así nos dará el aporte necesario de proteínas y estaremos listas para afrontar la jornada con energía. Además, podría ser una opción a valorar después de practicar deporte, para recuperar los niveles de energía sin sentirse demasiada pesadez en el estómago, especialmente a la hora de la cena, cuando la digestión debe ser lo más ligera posible.
Los huevos son los que otorgan sentido al plato. Es un alimento bajo en calorías, contiene grasas buenas como omega 3, presente en otros productos como el salmón, el aceite de oliva o el aguacate, por lo que es un excelente ingrediente para cuidar la salud cardiovascular, es antioxidante, contiene proteínas, vitaminas, minerales, es bueno para la vista y en su composición hay una sustancia llamada colina que preserva la memoria. Otra de sus ventajas, además de las nutricionales, es que no se requiere mucho tiempo para hacer una tortilla francesa y tampoco se necesitan muchos ingredientes para que quede rica. Además, como admite múltiples combinaciones, por lo que es prácticamente imposible aburrirse de comerla. Pero para que cuentes con una versión diferente de este plato y puedas ampliar tu libro de recetas personal, te proponemos que cojas un bol, la batidora de mano, las especias que más te gusten y, por supuesto, los huevos, y te animes a preparar una tortilla suflé. A diferencia de la original, la tortilla francesa suflé es más voluminosa, esponjosa, jugosa y queda con una textura más ligera, ya que se separan las claras de las yemas y las primeras se baten a punto de nieve antes de mezclarlas con las anteriores. En el videotutorial Anna recetas y más explican cada uno de los pasos de esta llamativa receta.
Tortita francesa suflé
Ingredientes
Elaboración:
Casca los huevos y separa las yemas de las claras en dos boles diferentes. Echa una pizca de sal y comienza a batir las claras con unas varillas eléctricas hasta alcanzar el punto de nieve. Después, añade un poco de levadura al recipiente de las yemas y bátelas hasta que estén cremosas. A continuación, mezcla las claras con las yemas poco a poco, realizando movimientos envolventes. Seguidamente, vierte un chorrito de aceite en la sartén y coloca la tortilla en su interior, procurando que cubra bien toda la superficie, tápala y déjala que se cocine durante diez minutos. Añade un poco más de aceite. Por último, pásala para un plato y dóblala por la mitad.
Una vez que la prepares, comprobarás que queda con una textura más aireada como si fuese la de un suflé, en el que las claras se baten también a punto de nieve, se mezclan con las yemas, la leche y la harina junto con otros ingredientes dulces o salados a elección y se meten en el horno para que incremente su volumen, obteniendo así un plato similar al anterior. Al igual que la tortita francesa de siempre, también podrás rellenarla con lo que quieras.
En el canal de Recetas de Esbieta muestran cómo hacer este mismo plato de una forma distinta. En vez de integrar las yemas y claras en un mismo bol después de batirlas, se colocan en la sartén de forma independiente.
Tortita francesa suflé
Ingredientes
Elaboración:
Para realizar el siguiente plato tendrás que separar las claras de las yemas en recipientes distintos. Luego, vierte un poco de leche y espolvorea una pizca de sal sobre las yemas y bate con un tenedor. Seguidamente, monta las claras con las varillas eléctricas. Pon la sartén al fuego, engrasa el fondo con un poco de mantequilla, vierte un chorrito de aceite, incorpora las yemas, cuando empiecen a cuajarse, coloca encima las claras y ve repartiéndolas por el interior de la sartén con un utensilio, procurando que la capa quede uniforme, tápala y deja que se hagan unos diez minutos. Finalmente, sácala de la sartén con ayuda de una espátula, córtala a la mitad con un cuchillo y dóblala.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Nishess Shakya.