Las amistades deben ser espacios de apoyo mutuo, donde ambas partes se sientan escuchadas y valoradas. Por eso, las relaciones conocidas como "Yo, Yo, Yo", son esas donde solo parece haber espacio para una sola persona: ellos mismos. Estos amigos pueden ser encantadores al principio, porque suelen tener historias interesantes ...
Las amistades deben ser espacios de apoyo mutuo, donde ambas partes se sientan escuchadas y valoradas. Por eso, las relaciones conocidas como "Yo, Yo, Yo", son esas donde solo parece haber espacio para una sola persona: ellos mismos.
Estos amigos pueden ser encantadores al principio, porque suelen tener historias interesantes y una gran confianza en sí mismos. Sin embargo, con el tiempo, te das cuenta de que las conversaciones giran exclusivamente en torno a sus preocupaciones, sin interés real en lo que tú tienes que decir. Vamos a enumerar algunos signos de alerta de ese tipo de relaciones:
- Siempre llevan la conversación de vuelta a ellos mismos. No importa lo que cuentes, terminan hablando de su experiencia en la misma situación (o algo peor o mejor).
- No hacen preguntas sobre ti. Si lo hacen, es solo para encontrar un hueco y volver al tema que realmente les interesa: ellos.
- Se victimizan constantemente o siempre son los héroes. O sufren más que nadie o son los protagonistas de cada hazaña.
- Solo buscan tu compañía cuando necesitan algo. Si tienes un problema, rara vez muestran el mismo nivel de interés.
¿Por qué se comportan así?
Las razones pueden variar. Algunas personas son simplemente narcisistas, mientras que otras pueden estar tan absortas en sus propias preocupaciones que ni siquiera se dan cuenta de que monopolizan la conversación. También hay quienes buscan validación constante y sienten la necesidad de impresionar para ser aceptados.
Si estás agotada de ser la audiencia permanente en su monólogo, aquí te dejamos algunas estrategias para manejar la situación:
- Redirige la conversación. Si notas que la charla se vuelve unilateral, intenta cambiar el enfoque. Usa frases como: "Hablando de eso, ¿te conté lo que me pasó el otro día?".
- Establece límites. No tengas miedo de decir algo como: "Me encantaría hablar también de lo que está pasando en mi vida". Las relaciones saludables son de ida y vuelta.
- Evalúa la relación. Si después de varios intentos sigue sin haber cambios, quizás sea momento de cuestionar si esa amistad te aporta algo positivo.
- Reduce el contacto. No tienes que cortar de raíz, pero puedes evitar encuentros frecuentes o conversaciones largas si te sientes drenada.
- Sé sincera. Si valoras la amistad, quizás valga la pena hablar directamente con esa persona y explicarle cómo te sientes.
Así que, ya sabes, si tienes una amiga o amigo "Yo, Yo, Yo" que no da señales de cambio, tal vez sea el momento de rodearte de personas que realmente se interesen por ti y tu bienestar. Porque, por supuesto, tu voz también importa.