Tu felicidad no depende solo de las decisiones que tomas, sino de cómo las percibes y aceptas. Pero ¿te has preguntado alguna vez cómo tomas decisiones y cómo esto afecta tu bienestar? Existen dos tipos de personas en este sentido: las "maximizers" y las "satisficers". Identificar en qué categoría te encuentras podría ser la clave para sentirte más feliz y en paz con tus elecciones.

Las "maximizers": buscadoras de la perfección

Las "maximizers" son aquellas personas que no se conforman con lo bueno, sino que buscan siempre lo mejor. Analizan cada opción minuciosamente, investigan todas las alternativas y comparan pros y contras para asegurarse de que están tomando la mejor decisión posible. Esto puede sonar ideal, pero tiene un gran inconveniente: la parálisis por análisis y el miedo constante a haber elegido mal.

Si eres una "maximizer", es probable que pases mucho tiempo comparando opciones antes de decidirte por algo tan simple como un restaurante para cenar o una prenda de ropa. Y una vez que tomas una decisión, es posible que sigas preguntándote si realmente hiciste la mejor elección. Este perfeccionismo puede derivar en ansiedad, insatisfacción y un menor nivel de felicidad, porque siempre está presente la sensación de que podría haber habido algo mejor.

Las "satisficers": la paz de la suficiencia

Por otro lado, las "satisficers" toman decisiones con base en lo que consideran "suficientemente bueno". No necesitan comparar todas las opciones ni analizar hasta el más mínimo detalle. En su lugar, eligen lo primero que cumple con sus criterios esenciales y siguen adelante sin mirar atrás.

Si eres una "satisficer", te sentirás cómoda con tus elecciones sin preocuparte por si hubo una mejor opción. Esto genera una mayor sensación de bienestar y reduce el estrés asociado a la toma de decisiones. En general, las "satisficers" son más felices porque se enfocan en lo que han ganado con su elección en lugar de en lo que podrían haber perdido.

¿Cómo encontrar el equilibrio?

No se trata de que una forma de decidir sea mejor que la otra, sino de reconocer cuál predomina en ti y encontrar un equilibrio saludable. Aquí te dejamos algunos consejos para mejorar tu bienestar según tu estilo de toma de decisiones:

Si eres una Maximizer…

- Aprende a aceptar que no siempre existe una opción perfecta.

- Pon límites al tiempo que dedicas a analizar opciones.

- Una vez tomada una decisión, evita seguir comparando alternativas.

- Practica la gratitud y concéntrate en lo positivo de tu elección.

Y si eres una satisficer...

- Asegúrate de que tus criterios de "suficientemente bueno" realmente cumplen con tus necesidades y deseos.

- No tomes decisiones apresuradas sin considerar las consecuencias.

- Sigue confiando en tu instinto, pero revisa si en ciertos aspectos de tu vida podrías beneficiarte de un análisis más profundo.

Por este motivo, si te reconoces como una "maximizer", intenta relajar un poco tu necesidad de perfección. Y si eres una "satisficer", asegúrate de que tu comodidad con las decisiones no te impida explorar mejores oportunidades. Porque el secreto está en encontrar un punto intermedio: saber cuándo vale la pena maximizar y cuándo es mejor satisfacer. Al final, una vida plena y feliz no se trata de tomar siempre la mejor decisión, sino de estar en paz con las elecciones que hacemos.