La retención de líquidos no discrimina. Se presenta en hombres y mujeres, asociada a problemas circulatorios, el consumo de ciertos medicamentos, la mala alimentación o el estrés. En las mujeres se relaciona, además, con los desajustes hormonales los días previos a la menstruación, durante el embarazo o en la menopausia. ...
La retención de líquidos no discrimina. Se presenta en hombres y mujeres, asociada a problemas circulatorios, el consumo de ciertos medicamentos, la mala alimentación o el estrés. En las mujeres se relaciona, además, con los desajustes hormonales los días previos a la menstruación, durante el embarazo o en la menopausia.
Los especialistas señalan que, para reducir la retención de líquidos, es recomendable:
1-Cuando el estrés actúa como factor desencadenante, busca mecanismos de relajación que te permitan superar la situación y reduzcan el nivel de hormonas relacionadas con él. Estas sustancias liberadas en exceso causan también retención de líquidos, asociada o no a otros factores. No te automediques porque no es una solución en ningún caso.
2-Utilizar prendas poco apretadas porque impiden la circulación sanguínea adecuada y la expulsión de agua por los mecanismos habituales del organismo.
3-Una correcta alimentación resulta imprescindible. Los alimentos naturales vegetales (como la fruta y la verdura) son fundamentales pues contienen mucha agua y presentan propiedades diuréticas que favorecen la formación de orina. Potasio, sodio y cloruro son electrolitos que mantienen el equilibrio hídrico del cuerpo. El exceso de sodio desequilibra el organismo y favorece la retención de líquidos. El potasio se encarga de contrarrestar esta situación y los expertos recomiendan consumir unos 400 gramos de frutas y verduras ricas en potasio.
4-Beber unos dos litros de agua. Puedes combinarla con infusiones, pero lo mejor es que sea pura. Elígela baja en sodio.
5-Evitar el consumo de alimentos con altas cantidades de sodio. Renuncia a excederte con los embutidos (mortadela, chopped, etc.), las comidas precocinadas, los quesos, salchichas, panceta, jamón salado, frutos secos salados, pizza, palomitas, patatas fritas, miso, etc. Elige alimentos con bajo contenido en sodio como frutas y verduras (especialmente las manzanas, las peras o las cerezas). También cereales (como el arroz, la avena, la harina de trigo), patatas, legumbres (soja, lentejas), judías, brécol, calabacín, etc.
6-Incluir alimentos ricos en potasio para equilibrar el nivel de sodio. Elige plátanos, alcachofas, berros, calabaza, melón, sandía, germen de trigo, cacahuetes, aguacate, soja, sésamo, nueces, acelgas, fresas, etc.
7-Consumir, crudos o cocinados, alimentos con capacidad diurética como espárragos, pepino, puerro o alcachofa, por ejemplo. Si te sientes muy hinchada, puedes preparar un zumo de piña natural o un té verde sin azúcar añadido. Otra opción sería beber un caldo vegetal elaborado con puerro, calabaza, cebolla y ajo.
8-Reducir el consumo de azúcar refinado. Evita endulzar innecesariamente los alimentos y utiliza miel natural, por ejemplo.
9-Evitar el alcohol porque es un vasoconstrictor que afecta al aparato circulatorio.
10-Practicar ejercicio de manera habitual. Si se te acumula en piernas y tobillos, procura elevarlas cuando te sea posible y evita sentarte con ellas cruzadas. También es recomendable realizar un drenaje linfático.