En concreto, entre el 1% y el 4% de las mujeres españolas experimentan una menopausia precoz, lo que significa que los cambios hormonales del climaterio se producen de manera temprana antes de los 40 años. En cambio, la edad media de inicio de la menopausia se sitúa en los 48,7 ...
En concreto, entre el 1% y el 4% de las mujeres españolas experimentan una menopausia precoz, lo que significa que los cambios hormonales del climaterio se producen de manera temprana antes de los 40 años. En cambio, la edad media de inicio de la menopausia se sitúa en los 48,7 años.
Según Domma, especialistas en menopausia, y en acompañar a la mujer madura durante la menopausia para mejorar así su salud, bienestar y calidad de vida, la menopausia precoz, también llamada fallo ovárico prematuro (FOP), ocurre cuando los ovarios dejan de funcionar de forma prematura, por lo que no hay ovulación y se detiene la menstruación.
Esto se debe a una disminución de los niveles de estrógenos y progesterona en la sangre, dando lugar a problemas de reproducción y síntomas físicos y psicológicos similares a los que se producen en la menopausia.
Mireia Roca, cofundadora de Domma, especifica a Esvivir que no hay datos específicos sobre si la menopausia precoz está aumentando en los tiempos actuales, pero se sabe que la Insuficiencia Ovárica Primaria (IOP) afecta aproximadamente a 1 de cada 100 mujeres menores de 40 años, 1 de cada 1,000 menores de 30 años y 1 de cada 10,000 menores de 20 años; "pero es razonable pensar que algunos factores actuales podrían estar contribuyendo a que más mujeres enfrenten esta condición".
Según la experta, la supervivencia al cáncer ha aumentado y también los efectos secundarios a largo plazo, entre ellos la insuficiencia ovárica primaria (IOP).
Mientras que la creciente exposición a factores ambientales y tóxicos también podría estar teniendo un impacto en la salud ovárica de las mujeres. "Cada vez hay más evidencia de que el tabaco, los pesticidas, los disruptores endocrinos presentes en plásticos y otros productos químicos industriales pueden afectar la función ovárica". Por ello, la experta señala que no es descabellado pensar que, con el aumento de la contaminación y el uso extendido de estos compuestos en la vida diaria, más mujeres podrían estar experimentando un deterioro en su reserva ovárica a edades más tempranas.
Por tanto, si sumamos estos factores -mayor supervivencia a enfermedades graves y una mayor exposición a sustancias que afectan la función ovárica- podríamos estar viendo un escenario en el que la menopausia precoz se vuelva más común en los próximos años. "Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar esta tendencia y entender en qué medida estos factores realmente están influyendo en la salud reproductiva de las mujeres".
"La primera señal comienza con la alteración de los ciclos menstruales, y los síntomas pueden ser muy variados; desde sofocos, dolores de cabeza o aumento de peso, hasta otros más complejos como trastornos depresivos, problemas urinarios, taquicardias y alteraciones del sueño", explica Cristina Martínez, cofundadora de Domma. Con el paso del tiempo, aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular, desarrollar osteoporosis o esterilidad.
Las mujeres con IOP o menopausia precoz presentan una serie de síntomas relacionados con la pérdida de la función ovárica. Los más frecuentes son:
Mireia Roca señala que a largo plazo puede aparecer osteoporosis, pues la falta de estrógenos acelera la pérdida de masa ósea, aumentando el riesgo de fracturas. También enfermedades cardiovasculares, "las mujeres con menopausia precoz tienen un riesgo mayor de sufrir problemas del corazón". Además de trastornos del ánimo: la pérdida temprana de la función ovárica puede aumentar el riesgo de ansiedad y depresión.
Las recomendaciones para mejorar la calidad de vida incluyen, en base a las especialistas:
El tratamiento más frecuente pautado por los ginecólogos para aquellas mujeres que sufren menopausia precoz consiste en la terapia de reemplazo hormonal (TRH). Este método no posibilita recuperar la funcionalidad de los ovarios, pero suple la falta de producción hormonal gracias a la administración de estrógenos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en ocasiones, la terapia hormonal puede estar contraindicada, como en caso de un diagnóstico de cáncer o una enfermedad tromboembólica.
Según Mireia Roca, el tratamiento de la menopausia precoz depende de cada caso y, en este contexto, varía según si la paciente desea preservar su fertilidad o no. "Es fundamental considerar que, según la causa y los síntomas específicos, el profesional sanitario puede recomendar terapias hormonales o alternativas".
Asimismo, cada vez más mujeres optan por productos de origen natural sin hormonas para aliviar su sintomatología. Domma, por ejemplo, impulsa una alternativa natural a las terapias hormonales para paliar los síntomas producidos por el cambio hormonal que incluye una combinación de superalimentos y adaptógenos para regular el desequilibrio hormonal y emocional.