En este sentido, el amor desencadena una serie de cambios en el organismo, impulsados por la acción de diversas hormonas que influyen en las emociones y respuestas físicas. Entre las más importantes se encuentran: • Oxitocina: conocida como la "hormona del amor", esta sustancia química juega un papel crucial en la ...
En este sentido, el amor desencadena una serie de cambios en el organismo, impulsados por la acción de diversas hormonas que influyen en las emociones y respuestas físicas. Entre las más importantes se encuentran:
• Oxitocina: conocida como la "hormona del amor", esta sustancia química juega un papel crucial en la creación de vínculos afectivos y en la reducción del estrés. Su liberación durante momentos de cercanía física, como abrazos o caricias, promueve una sensación de calma, tranquilidad y seguridad.
• Dopamina: la dopamina es conocida como la "hormona de la felicidad". Se activa como respuesta a las emociones de placer y recompensa, generando sensaciones de euforia, bienestar y satisfacción. Esta hormona también está vinculada con una mayor motivación, lo que mejora el rendimiento y energía.
• Serotonina: esta hormona regula el estado de ánimo y contribuye a la sensación general de bienestar. En los momentos de enamoramiento, los niveles de serotonina tienden a aumentar, lo que reduce la ansiedad y favorece el equilibrio emocional.
"A nivel psicológico, el enamoramiento transforma la manera en la que pensamos, sentimos y actuamos. En esta etapa, las personas tienden a enfocarse más en su pareja, a mostrar mayor disposición para compartir y fortalecer el vínculo emocional. Además, este estado favorece una actitud más optimista y abierta, lo que puede impulsar el crecimiento personal y la construcción de relaciones más profundas", concluye Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de Blua de Sanitas.
Además de los efectos hormonales, el amor también tiene un profundo impacto psicológico. Estar en una relación afectiva positiva puede generar efectos beneficiosos en el bienestar emocional:
• Reducción del riesgo de depresión: las relaciones afectivas pueden actuar como un factor protector frente a la depresión. El apoyo emocional y la sensación de compañía disminuyen la soledad, lo que contribuye a reducir la probabilidad de desarrollar síntomas depresivos.
• Mejora de la autoestima: aunque el sentido de valía personal debe nacer desde el interior, el amor puede fortalecerlo. Sentirse apreciado y comprendido por otra persona contribuye a aumentar la confianza y el bienestar, complementando el trabajo personal de crecimiento emocional y autocomprensión.
• Fomento del bienestar general: el amor activa áreas del cerebro asociadas al bienestar y la satisfacción. En esos momentos, las personas suelen experimentar una mayor motivación para cuidar su salud, realizar actividad física y mantener un estilo de vida equilibrado.