La exposición al frío provoca una disminución del flujo sanguíneo en músculos y articulaciones, lo que puede derivar en rigidez, menor flexibilidad y una mayor propensión a sufrir tirones, contracturas o incluso roturas fibrilares. Este tipo de lesiones no solo afecta a los deportistas profesionales, sino que también es común ...
La exposición al frío provoca una disminución del flujo sanguíneo en músculos y articulaciones, lo que puede derivar en rigidez, menor flexibilidad y una mayor propensión a sufrir tirones, contracturas o incluso roturas fibrilares. Este tipo de lesiones no solo afecta a los deportistas profesionales, sino que también es común entre muchas personas trabajadoras que aprovechan su tiempo libre para practicar ejercicio físico.
El Equipo de Fisioterapia y de Actividad Física de Quirón Prevención enfatiza que el calentamiento en invierno debe ser más extenso y progresivo que en otras épocas del año. Se recomienda iniciar con movimientos articulares suaves para activar la movilidad, seguidos de ejercicios dinámicos que eleven la temperatura corporal y preparen los grupos musculares que más se trabajarán durante la actividad principal. Saltos, desplazamientos cortos y movimientos específicos según el deporte practicado pueden marcar la diferencia a la hora de prevenir lesiones.
Otro aspecto clave en la práctica deportiva durante el invierno es la vestimenta. La elección de ropa técnica adecuada, que permita mantener el calor sin limitar la transpiración, es fundamental. Desde Quirón Prevención aconsejan utilizar varias capas finas en lugar de una prenda gruesa, ya que esto facilita la regulación térmica y permite adaptarse a la temperatura corporal conforme avanza el ejercicio. Asimismo, no se debe olvidar la protección de zonas sensibles como las manos, los pies y la cabeza, que son puntos donde se pierde gran parte del calor corporal.
La hidratación es otro elemento que a menudo se pasa por alto en los entrenamientos invernales. Aunque el frío reduce la sensación de sed, el organismo sigue perdiendo líquidos a través de la respiración y el sudor. Beber agua o bebidas isotónicas antes, durante y después de la actividad física ayuda a mantener un equilibrio adecuado y evita la fatiga prematura.
Quirón Prevención también hace hincapié en la importancia de una correcta recuperación tras el ejercicio. Una vez finalizada la actividad, es recomendable realizar estiramientos suaves para evitar la rigidez muscular y favorecer la relajación. Cambiarse de ropa húmeda por prendas secas lo antes posible es esencial para evitar una pérdida brusca de temperatura, especialmente después de entrenamientos intensos.