Alerta: así puede afectarte hacer ejercicio extremo 

Sofía Borrás

Correr regularmente tiene múltiples beneficios para la salud, pero el exceso y una preparación inadecuada puede generar riesgos en el corazón, los pulmones, los riñones o el aparato musculoesquelético.

17/02/2025

Según la Sociedad Española de Cardiología, correr de forma habitual ofrece numerosas ventajas para la salud, reduciendo hasta en un 27% el riesgo de mortalidad, el 30% de muerte cardiovascular y hasta en un 23% la muerte por cáncer. De hecho, se ha visto que las personas que se mantienen ...

Según la Sociedad Española de Cardiología, correr de forma habitual ofrece numerosas ventajas para la salud, reduciendo hasta en un 27% el riesgo de mortalidad, el 30% de muerte cardiovascular y hasta en un 23% la muerte por cáncer. De hecho, se ha visto que las personas que se mantienen activas físicamente viven 7 años más de media, en comparación con aquellas con características similares pero sedentarias.

Sin embargo, los expertos también advierten que correr más no es necesariamente mejor. La "hipótesis del ejercicio extremo" muestra una relación en forma de "U" invertida en cuanto a la cantidad de ejercicio que se realiza y los beneficios obtenidos del mismo: mientras la inactividad física es perjudicial, el ejercicio en exceso también puede serlo.

Las carreras de resistencia extrema, como maratones, ultramaratones, Ironman u otras pruebas similares de aventura de larga duración, desafían al cuerpo de manera intensa, lo que genera riesgos en distintos sistemas del organismo. A esto se suma, que las redes sociales y los influencers del running han impulsado la pasión por este deporte en los últimos años. Si bien esta tendencia ha fomentado hábitos saludables, también ha llevado a algunas personas a exigirse más allá de sus límites y a hacerlo sin la preparación adecuada.

En este sentido, los expertos de Cigna Healthcare analizan cómo el ejercicio extremo influye en el cuerpo y su rendimiento:

 

  • Sistema cardiovascular. El ejercicio moderado fortalece el corazón, mejorando la circulación y reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, cuando se practica de forma extrema y sin el descanso adecuado, puede provocar efectos negativos como fibrosis miocárdica, arritmias y un incremento del riesgo de desarrollar cardiopatías. En algunos casos, puede causar microinfartos asintomáticos. Además, estudios han encontrado una mayor prevalencia de ateroesclerosis coronaria en corredores de resistencia extrema. De hecho, después de una maratón, el ventrículo derecho se agota y disminuye su fuerza de contracción, tardando varios días en recuperarse; lo que resalta que correr un maratón ocasionalmente no es perjudicial, pero sí someterse a este tipo de esfuerzo repetidamente, sin una recuperación adecuada.

 

  • Sistema respiratorio. La capacidad pulmonar mejora con el entrenamiento aeróbico regular, pero el esfuerzo prolongado en condiciones extremas puede aumentar el riesgo de inflamación bronquial y generar lesiones pulmonares. La inhalación constante de aire frío o contaminado durante carreras largas también puede irritar las vías respiratorias, contribuyendo a condiciones como el asma inducida por el ejercicio o infecciones respiratorias recurrentes. Para reducir estos efectos, es aconsejable alternar los entrenamientos en zonas interiores (como en una cinta de correr en casa o en un gimnasio) y evitar correr en condiciones de frío extremo o cuando los niveles de polución son altos.

 

  • Sistema renal. Las carreras de resistencia extrema implican un esfuerzo físico prolongado que puede causar deshidratación severa y rabdomiólisis, un proceso en el que las fibras musculares se descomponen y liberan proteínas dañinas en el torrente sanguíneo. Esta situación sobrecarga los riñones, que deben filtrar estas sustancias, aumentando significativamente el riesgo de insuficiencia renal aguda. En algunos casos graves, puede llevar a daño renal permanente si no se trata adecuadamente. Por ello, es indispensable mantener una adecuada hidratación antes, durante y después del ejercicio. También se recomienda espaciar las carreras de alta intensidad con entrenamientos de menor exigencia.

 

  • Sistema musculoesquelético. El impacto repetitivo del running, junto con las cargas excesivas de entrenamiento, pueden llevar al desgaste articular y aumentar el riesgo de fracturas por estrés. Además, la falta de una técnica adecuada o la ausencia de supervisión profesional incrementa la probabilidad de desarrollar lesiones crónicas, como tendinitis, fascitis plantar o roturas fibrilares. La sobrecarga continua y la falta de tiempo para la recuperación muscular pueden descompensar el equilibrio entre fortalecimiento y daño, llevando a problemas persistentes que podrían haberse evitado con un enfoque más moderado y supervisado. Alternar sesiones de carrera con otros deportes menos lesivos en los que también se trabaje la resistencia, como la natación o el ciclismo, permite una recuperación más eficiente y genera un menor impacto en las articulaciones.
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