Esto puede generar problemas como gastritis, inflamación, estreñimiento o diarrea, o afectar a la microbiota intestinal, que es clave para nuestro bienestar emocional. Cambios en la alimentación para manejar el estrés El intestino es considerado nuestro segundo cerebro, ya que alberga una gran cantidad de neuronas y produce hasta el 90% de ...
Esto puede generar problemas como gastritis, inflamación, estreñimiento o diarrea, o afectar a la microbiota intestinal, que es clave para nuestro bienestar emocional.
Cambios en la alimentación para manejar el estrés
El intestino es considerado nuestro segundo cerebro, ya que alberga una gran cantidad de neuronas y produce hasta el 90% de la serotonina, el neurotransmisor responsable de la sensación de bienestar. Una dieta equilibrada rica en vitaminas del complejo B, omega-3 y antioxidantes favorece la producción de serotonina y dopamina, mejorando así nuestro estado de ánimo.
Para combatir el nerviosismo y el estrés, es importante adoptar hábitos alimenticios saludables. Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet nos muestra algunos cambios en la alimentación que contribuyen a conseguir un mayor bienestar emocional:
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en triptófano, como el pavo o el plátano, que favorecen la producción de serotonina, al ser el aminoácido triptófano un precursor de este neurotransmisor.
- Incluir más alimentos ricos en omega-3, como los pescados azules: salmón, sardina, trucha, caballa..., la chía y las nueces, que ayudan a reducir la inflamación y equilibrar el sistema nervioso.
- Consumir más fibra y probióticos, presentes en frutas, verduras, legumbres, frutos secos y alimentos fermentados como el yogur natural, contribuye a mejorar la microbiota intestinal y, por tanto, a regular el estado de ánimo, a través del eje intestino-cerebro.
- Mantenerse bien hidratado es fundamental, ya que la deshidratación puede aumentar la sensación de fatiga y ansiedad.
- Evitar los picos de azúcar mediante el consumo de carbohidratos complejos como la avena, la quinoa y el pan integral, que liberan energía de manera sostenida.
- Incluir infusiones relajantes en la dieta, como la manzanilla, la valeriana o la lavanda, que tienen propiedades ansiolíticas naturales.
- Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, estos no son aconsejables para la salud en general pero es que además, suelen contener aditivos y grasas trans que afectan el equilibrio hormonal y emocional.