Los especialistas aportan recomendaciones entre las que destacarían: 1-Cuando vayas a comprar raíces y tubérculos es preciso elegir correctamente. De manera general, escoge los que sean firmes, que no presenten manchas y que tengan un tamaño regular (ni grandes ni pequeños para la media normal esperable del alimento). Si compras remolacha, ...
Los especialistas aportan recomendaciones entre las que destacarían:
1-Cuando vayas a comprar raíces y tubérculos es preciso elegir correctamente. De manera general, escoge los que sean firmes, que no presenten manchas y que tengan un tamaño regular (ni grandes ni pequeños para la media normal esperable del alimento). Si compras remolacha, elige las que son redondas y carnosas, con un color intenso. Si deseas rabanitos, mejor de tamaño mediano, para evitar un exceso de fibra.
2-Las raíces pueden durar un par de semanas en la nevera. Se recomienda guardarlas sin lavar, eliminando las hojas, dejando un trozo de tallo y en un cajón separadas de la fruta. Los tubérculos se guardan fuera de la nevera, en un lugar fresco y seco, no debe darles la luz y en un cesto de mimbre para evitar la formación de moho.
3-En ambos vegetales, se recomienda utilizar un pelador, para eliminar muy poca cantidad de piel. También pueden ser raspados o cepillados, aunque lo mejor es pelarlos.
4-Los boniatos normalmente se asan o se cuecen enteros y con la piel, que después se elimina, aunque también puede pelarse previamente. Son versátiles por lo que puedes emplearlos como guarnición, en recetas dulces (con miel o azúcar y frutos secos), sopas, cremas, en ensalada, tortillas, revueltos, con legumbres, en potajes, como relleno de verduras (calabacines o berenjenas, entre otras), empanadas, crepes, buñuelos, croquetas o quiches, por ejemplo.
5-Los nabos pueden emplearse como guarnición, hervidos para obtener una crema, gratinados con queso, rellenos o en guisos de verduras. Combinan bien con condimentos como nuez moscada, mostaza y pimienta, por ejemplo.
6-La remolacha se puede consumir cruda (en un zumo vegetal, por ejemplo) pero es más digestiva cocida. Hervida y rallada suele utilizarse para preparar ensaladas. Puedes emplearla para elaborar sopas, cremas y salsas dulces (combina con manzana, lácteos o mayonesa, entre otros). También puede asarse en el horno, envuelta en papel de aluminio.
7-Las patatas admiten numerosas elaboraciones (hervidas, fritas, guisadas, rellenas, asadas, gratinadas o en tortilla, por ejemplo), aunque no es fácil que al freírlas queden en su punto porque pueden quemarse o ser demasiado blandas. Resultan adecuadas como guarnición, aperitivo, puré, con verduras, carnes, huevos o pescados.
8-Los rabanitos, correctamente lavados, pueden comerse crudos con piel, en ensalada o mezclados con mayonesa o salsa de yogur, pues son refrescantes y decorativos. También resultan adecuados para aportar un toque diferente a bocadillos y canapés.
9-Las zanahorias ralladas, en tiras o en rodajas, pueden consumirse crudas en ensalada y combinan bien con diferentes salsas (guacamole y alioli, entre otras) y queso, por ejemplo. Puedes cocerlas al vapor para elaborar purés y cremas. También resultan adecuadas en salsas, sofritos, mermeladas y pasteles, por ejemplo.