¿Qué es una neumonía? La neumonía es una infección que afecta a los pulmones, específicamente a los alvéolos, que son las pequeñas bolsas de aire donde ocurre el intercambio de oxígeno. Si tenemos neumonía, estos alvéolos se llenan de líquido o pus, lo que dificulta respirar bien y hace que te ...
¿Qué es una neumonía?
La neumonía es una infección que afecta a los pulmones, específicamente a los alvéolos, que son las pequeñas bolsas de aire donde ocurre el intercambio de oxígeno. Si tenemos neumonía, estos alvéolos se llenan de líquido o pus, lo que dificulta respirar bien y hace que te sientas débil, con tos, fiebre y, a veces, con un dolor intenso en el pecho. Su sufrimos una neumonía hay que darle la importancia que merece, acudir al médico al menor síntoma, cuidarse mucho y seguir el tratamiento indicado para evitar complicaciones. De hecho, en algunas ocasiones puede requerir el ingreso en un centro hospitalario.
Tras sufrir una neumonía, es importante cuidarse bien y que podemos salir debilitadas y sin defensas. Para recuperarnos de forma segura es importante seguir algunos consejos prácticos.
Descansar es la mejor medicina
La neumonía es una enfermedad que exige descanso absoluto. Dedica tiempo a recuperarte sin forzar el cuerpo, ya que esto podría alargar la enfermedad o incluso agravarla. Dormir lo suficiente y evitar actividades físicas intensas permitirá que el sistema inmunológico trabaje eficientemente.
Hidrátate constantemente
Beber agua es clave para mantener las vías respiratorias hidratadas y ayudar al cuerpo a eliminar toxinas. Además del agua, las infusiones de hierbas como manzanilla o jengibre pueden ser reconfortantes y aportar beneficios adicionales. Una infusión muy recomendable puede ser la de jengibre y miel, ya que el jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, y la miel suaviza la garganta y alivia la tos. Prepara una taza de agua caliente con unas rodajas de jengibre fresco y una cucharada de miel.
Sigue una dieta equilibrada y rica en nutrientes
Durante la recuperación, el cuerpo necesita un aporte extra de vitaminas y minerales. Apuesta por alimentos fáciles de digerir y cargados de nutrientes que contengan vitamina C (refuerza el sistema inmunológico), y proteínas (ayudan en la recuperación de los tejidos). Los caldos caseros son, además de muy reconfortantes, muy saludables ya que aportan electrolitos esenciales.
Haz inhalaciones de vapor
Las inhalaciones de vapor son una forma sencilla y natural de aliviar la congestión y facilitar la respiración. Para ello, solo tienes que hervir agua en un recipiente y añadir unas gotas de aceite esencial de eucalipto o tomillo. Coloca una toalla sobre la cabeza y respira profundamente el vapor durante unos minutos.
Evita irritantes ambientales como el humo o el polvo
El humo, el polvo y los productos químicos fuertes pueden irritar las vías respiratorias y dificultar la recuperación. Mantén el ambiente limpio y, si es necesario, utiliza un humidificador para evitar que el aire esté demasiado seco. Si fumas, sin duda, este es un momento ideal para dejarlo.
Haz ejercicios de respiración
A medida que te sientas más fuerte, practicar ejercicios de respiración puede ayudarte a fortalecer los pulmones y mejorar tu capacidad. Un ejercicio básico y muy fácil de hacer es, sentada en una posición cómoda, inhala profundamente por la nariz, sostén la respiración unos segundos y exhala lentamente por la boca. Repite esto varias veces al día.
No olvides cuidar tu mente
La recuperación de una enfermedad como la neumonía puede ser agotadora tanto física como mentalmente. Rodéate de personas que te apoyen, tómate el tiempo necesario y practica actividades que reduzcan el estrés, como escuchar música relajante o leer un buen libro.