Pero, lo que lo hace aún más especial, es su versatilidad: puede disfrutarse tal cual, recién salido del horno, o elevarse a otro nivel con rellenos que lo convierten en una auténtica obra de arte culinaria.

En honor al Día Internacional del Croissant, que se celebra hoy 30 de enero, los expertos de Caro Import, la compañía española especializada en la fabricación, importación y distribución de alimentos argentinos en Europa, proponen cinco ideas de rellenos dulces para disfrutar de la creatividad y el sabor en cada bocado.

1. Crema de chocolate y avellanas con frutos rojos. Un clásico contemporáneo que nunca pasa de moda. Extiende una capa generosa de crema de chocolate y avellanas dentro del croissant. Para darle un toque fresco y sofisticado, añade unos cuantos frutos rojos: frambuesas, fresas en rodajas o arándanos. La acidez de los frutos contrastará con la dulzura del chocolate, creando un equilibrio perfecto que te hará querer repetir.
2. Dulce de Leche Márdel con coco tostado. El dulce de leche es un clásico que nunca falla, y combinado con coco tostado, es pura perfección. Para preparar este relleno, abre el croissant a la mitad y añade una capa generosa de Dulce de Leche Márdel. Espolvorea coco rallado, tostado previamente en una sartén hasta que esté dorado y aromático. El contraste entre la suavidad del dulce de leche y el crujiente del coco tostado convierte cada mordisco en una explosión de sabores y texturas.
3. Manzana caramelizada con canela y nata montada. Inspirado en el clásico strudel, este relleno es ideal para los amantes de los sabores reconfortantes. Cocina trozos de manzana con azúcar moreno, mantequilla y un toque generoso de canela hasta que estén tiernos y caramelizados. Rellena el croissant con esta mezcla y corona con un poco de nata montada para un acabado espectacular. Si quieres darle un plus, añade unas nueces tostadas para un toque crujiente.
4. Crema pastelera de vainilla con frambuesas frescas. La delicadeza de la crema pastelera es el complemento perfecto para un croissant. Prepárala infusionando leche con una vaina de vainilla natural, luego mézclala con yemas de huevo, azúcar y maicena hasta obtener una textura suave y sedosa. Rellena el croissant con esta crema y coloca frambuesas frescas encima. Es un postre digno de una pastelería francesa, pero fácil de hacer en casa.
5. Ricotta con miel y pistachos. Este relleno combina la suavidad de la ricotta con la dulzura sutil de la miel y el crujiente de los pistachos. Mezcla la ricotta con una cucharada de miel hasta que esté suave y cremosa. Rellena el croissant con esta mezcla y espolvorea pistachos picados por encima. El resultado es un relleno ligero pero lleno de sabor, perfecto para quienes buscan algo un poco menos dulce, pero igualmente delicioso.

El croissant es mucho más que un clásico de la panadería; es una invitación a explorar, a combinar sabores y a convertir lo cotidiano en algo extraordinario. Su versatilidad lo convierte en el lienzo perfecto para quienes buscan crear experiencias gastronómicas únicas.