Desde la psicología suele definirse culpa como un sentimiento incómodo, causado por la percepción de que has hecho, dicho, pensado o sentido algo que no deberías. Los especialistas señalan que: 1-La culpa se considera un patrón de respuesta emocional que surge de la creencia de haber incumplido las normas y provocado daño ...
Desde la psicología suele definirse culpa como un sentimiento incómodo, causado por la percepción de que has hecho, dicho, pensado o sentido algo que no deberías.
Los especialistas señalan que:
1-La culpa se considera un patrón de respuesta emocional que surge de la creencia de haber incumplido las normas y provocado daño a otra persona.
2-Suele asociarse a otros sentimientos negativos como la tristeza, el remordimiento, la angustia, la impotencia o la frustración.
3-El sentimiento de culpa surge de un proceso subjetivo. Está determinado por la interpretación y valoración que hacemos de la situación que vivimos en función de nuestro personal sistema de valores.
4-En el proceso de culpa influye la conciencia moral. Se define como un conjunto de normas y valores que hemos ido construyendo desde la infancia, nos ayuda a diferenciar lo que está bien de lo que está mal y nos permite establecer límites adecuados en relación a nuestra conducta y pensamientos. Cuanto más rígidas sean esas normas, más fácil resultará pensar que hemos sobrepasado los límites y el sentimiento de culpa se presentará más frecuentemente.
5-Es un sentimiento complejo en el que intervienen numerosas variables y en el que influyen especialmente los valores (familiares, culturales, sociales y religiosos, entre otros).
6-El sentimiento de culpa suele expresarse como remordimiento consciente. De manera general, cuando una persona hace algo que va contra sus valores personales, se arrepiente y busca reparar el daño. La persona puede identificar claramente el acto o daño causado y el valor que ha transgredido.
7-Cuando nos sentimos culpables sin saber por qué, el sentimiento de culpa es inconsciente y consideramos que gran parte de lo que hacemos es malo e incorrecto. Se puede considerar falsa culpa, relacionada con la educación que hemos recibido y ha generado un juez interno rígido que nos acompaña siempre.
Son numerosas las situaciones en las que puedes llegar a sentir culpa. Destacarían:
-La impotencia que sientes al no poder cambiar la situación de una persona a la que aprecias que está sufriendo.
-La responsabilidad percibida de tener que tomar decisiones adecuadas cuando se presenta un problema de pareja.
-La sensación de no ser buenos padres o buenos hijos,
-La creencia de no haber logrado tus metas personales.
-La preocupación por sentir que pasas poco tiempo con tus hijos porque debes encargarte del trabajo, las tareas del hogar, las responsabilidades familiares o por dedicarte tiempo a ti misma y no estar donde deberías estar.
El problema se presenta cuando esta culpa, que en principio se considera sana y positiva, se experimenta con demasiada frecuencia, intensidad o duración e influye negativamente en tu bienestar personal. En este momento, la culpa pierde su función adaptativa y se convierte en una emoción molesta, que te bloquea y daña tu autoestima. Si identificas la causa, busca la manera adecuada para relajarte y poder manejarlo sin perder el control.