Siguiendo las recomendaciones de Quirón Prevención, incorporar productos frescos y locales a la dieta no solo aporta variedad y riqueza a las comidas, sino que también proporciona un sinfín de beneficios para el organismo. Estos alimentos, adaptados naturalmente a las condiciones climáticas, están cargados de nutrientes esenciales que refuerzan el ...
Siguiendo las recomendaciones de Quirón Prevención, incorporar productos frescos y locales a la dieta no solo aporta variedad y riqueza a las comidas, sino que también proporciona un sinfín de beneficios para el organismo. Estos alimentos, adaptados naturalmente a las condiciones climáticas, están cargados de nutrientes esenciales que refuerzan el sistema inmunológico, mejoran las reservas de energía y ayudan a mantenerse en óptimas condiciones. Además, apostar por productos de temporada no solo impacta positivamente en la salud, sino también en el medio ambiente, reduciendo la huella ecológica.
Entre los alimentos más destacados de la temporada invernal, las verduras juegan un papel crucial. Variedades como la col rizada y las espinacas son auténticas joyas nutricionales. La col rizada, conocida también como kale, destaca por ser una fuente rica de vitamina K, un nutriente esencial para la salud ósea y la correcta coagulación de la sangre. Según Quirón Prevención, su textura robusta y sabor característico la convierten en una opción ideal para sopas, guisos o ensaladas templadas. Por su parte, las espinacas, con su impresionante perfil nutricional, incluyen ácido fólico, vitaminas C, A y E, fibra, potasio y hierro. Estas verduras son perfectas para combatir el estrés oxidativo y reforzar la salud cardiovascular.
Los tubérculos, otro grupo esencial en la dieta de invierno, son una fuente inagotable de energía. Las batatas y zanahorias, con su sabor dulce y reconfortante, son perfectas para preparar platos calientes como purés, sopas o guisos. Siguiendo las recomendaciones de Quirón Prevención, estos alimentos proporcionan carbohidratos complejos que liberan energía de forma gradual, manteniendo el cuerpo activo durante más tiempo. Además, su riqueza en betacarotenos, vitamina C y fibra fortalece el sistema inmunológico y contribuye al bienestar digestivo.
Las frutas invernales, como las manzanas, mandarinas y granadas, son un aliado indispensable durante esta época. Su alto contenido en vitamina C las convierte en herramientas eficaces para combatir los resfriados y proteger la piel del frío. La mandarina, con su aroma cítrico y refrescante, es una opción recomendada como un tentempié saludable. Por su parte, las granadas, con sus jugosos granos, son una fuente rica en antioxidantes que puede añadirse a ensaladas, yogures o zumos.