Vinos de hielo, una variedad que surgió por casualidad 

Merce Rey  

Los racimos de uvas se recogen de la vid cuando están congelados, lo que permite que el fruto cuente con una mayor concentración de azúcar, y al prensarlo, le otorga un mayor dulzor. 

18/12/2024

Este descubrimiento se realizó en Alemania cuando unos viticultores se vieron obligados a decidir si perdían la cosecha debido a las heladas o se arriesgan a recoger las uvas y continuar con el proceso de elaboración habitual de los caldos. Optaron por la segunda opción. Tras recolectarlas a mano a ...

Este descubrimiento se realizó en Alemania cuando unos viticultores se vieron obligados a decidir si perdían la cosecha debido a las heladas o se arriesgan a recoger las uvas y continuar con el proceso de elaboración habitual de los caldos. Optaron por la segunda opción. Tras recolectarlas a mano a temperaturas bajo cero cuando aún estaban congeladas, las prensaron, fermentaron y las dejaron reposar en las barricas, obteniendo así una bebida dulce y aromática. Al prensarlas en frío se extrae un jugo concentrado de azúcar, aromas y sabores, tal y como se refleja en el vídeo de Vinos Por Segundo. Se trata de una variedad exclusiva, de baja producción y que está sometida a unas condiciones de climatología específicas, pero a día de hoy es posible probar estos caldos sin tener que desplazarse fuera de España, ya que en algunas bodegas de nuestro país se incluye este tipo de vino en sus catálogos. Como bien explica el experto en este canal de YouTube, esta técnica puede llevarse a cabo en la propia bodega, de modo que el vino de hielo "no solo se puede encontrar todos los años, sino que también en regiones más cálidas". Mediante el método de la congelación artificial, se logra producir esta variedad de caldos in situ empleando unas cámaras frigoríficas. Una vez que el producto es sometido a este proceso, se prensa y se extrae el mosto. 

Por ejemplo, en las Bodegas Valdesneros, en Torquemada (Palencia) cuentan dentro de su oferta con 'Amantia uva de hielo', una variedad que, según informan en su web, se obtiene de uvas recogidas de forma manual y, por la noche cuando las temperaturas están descenso. Después se prensan y se almacenan durante cuatro meses en barricas de roble americano. De color rojo y con reflejos en ámbar, este caldo destaca por su sabor afrutado y dulce. Recomiendan que se consuma a una "temperatura de entre 8 y 10ºC" y que se combine con "aperitivos, postres, o incluso solo". Por otra parte, en las Bodegas Privilegio del Condado, en Huelva, cuentan en su selección con 'Carámbano. Vino de Hielo', que se elabora partir de "las variedades moscatel de Alejandría y zalema, que son congeladas en cámaras frigoríficas antes de su prensado", apuntan en su página web. Es de color amarillo "pálido" con toques dorados, es dulce y muy aromático, así como "untuoso e intenso en vía retronasal, donde vuelven aflorar las sensaciones frutales y florales", explican. Se aconseja consumir tanto con salazones como con postres. Incluso hay bodegas, cuya especialidad es la sidra, y que aplican esta técnica para que el consumidor pueda disfrutar de la "sidra de hielo". Asimismo, en Sidra Viuda de Angelón, en Nava (Asturias), disponen de la 'Sidra de Hielo "Vda.de Angelón"', que se extrae de la combinación de "manzanas ácidas y dulces para obtener el mosto y tras su congelación se extrae la esencia de la manzana y posteriormente se fermenta" y esto da lugar a un producto de color ámbar y "con notas de manzana asada", que va bien con cualquier aperitivo y se debe servir en frío a 6ºC, tal y como se indica en la ficha del producto. 


FOTO PRINCIPAL.: Foto de Czapp Botond en Unsplash.

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