La tecnología avanza a un ritmo imparable y desde la llegada de la IA parece que se le ha dado un impulso aún mayor, extendiéndose a varios ámbitos de nuestra vida, que van más allá del uso o mejora de las funcionalidades de los dispositivos, ya que aprende de los ...
La tecnología avanza a un ritmo imparable y desde la llegada de la IA parece que se le ha dado un impulso aún mayor, extendiéndose a varios ámbitos de nuestra vida, que van más allá del uso o mejora de las funcionalidades de los dispositivos, ya que aprende de los hábitos de los consumidores para ofrecerles una atención más personalizada, adaptándose a sus necesidades específicas y ayudándoles a incrementar su productividad. En la película 'Justicia Artificial' se traslada este avance al campo jurídico, donde se muestra, por una parte, a los partidarios de emplear la inteligencia artificial para facilitar la tarea de los jueces ante la acumulación de las causas pendientes y por el otro lado a los que defienden que la intervención humana es necesaria para interpretar y aplicar las leyes, según las características de cada caso y siguiendo un código ético.
Carmen Costa (Verónica Echegui) es una reconocida y reputada jueza que ha sido elegida para probar el funcionamiento de un programa inteligente, con el que se pretende revolucionar el ámbito judicial y convertirlo en un organismo automatizado. Mientras tanto, el gobierno anuncia un referéndum para darle luz verde a este proyecto, pero hay una parte de los implicados que cuestionan la veracidad del producto. Su creadora, la informática Alicia Kóvack (Alba Galocha) cree que este novedoso servicio no está listo y que se debe mejorar antes de que se ponga en marcha en la vida real. Sin embargo, no todos pensarán lo mismo y aquí empezará el conflicto, el tráfico de influencias, la politización y se verá como existen demasiados intereses en juego como para que los avances logrados caigan en saco roto. Costa se verá implicada sin ni siquiera buscarlo en una trama de conspiración y de juego sucio. Pero a pesar de que quiere mantenerse al margen de la situación y no posicionarse mucho, le acaba afectando de lleno. Se dará cuenta de que prácticamente está sola en esto y tendrá que cubrirse muy bien las espaldas.
Se abre el debate
El largometraje del director Simón Casal, que está disponible dentro del catálogo de la plataforma Prime Video, permite al espectador reflexionar acerca del modo en que una tecnología puede mejorar una situación o generar tantas discrepancias y visiones opuestas. Aunque está claro que esta puede ayudar a agilizar y optimizar las tareas, pudiendo servir como una palanca de apoyo en el trabajo, no se puede perder de vista la empatía, la visión y comprensión humana, ni tampoco el componente emocional. Sin embargo, la acumulación de casos en el sistema judicial, la sobrecarga de tareas a las que están sometidos los profesionales, la lentitud de los procesos burocráticos, la falta de medios y de personal especializado son temas que están sobre la mesa hoy en día. Estos problemas están muy ligados a la actualidad y esto hace que el espectador se replantee el futuro de la tecnología y de qué manera esto afectará o mejorará otras facetas de su vida.
FOTO PRINCIPAL.: Portada de la película 'Justicia Artificial' extraída de la página web de Filmaffinity.