La proactividad describe un tipo de comportamiento anticipatorio que no precisa un estímulo externo para iniciar una acción o un cambio. El comportamiento proactivo es totalmente opuesto al comportamiento reactivo, que se limita a reaccionar ante un estímulo que procede del exterior. Las personas proactivas poseen una postura activa frente a ...
La proactividad describe un tipo de comportamiento anticipatorio que no precisa un estímulo externo para iniciar una acción o un cambio. El comportamiento proactivo es totalmente opuesto al comportamiento reactivo, que se limita a reaccionar ante un estímulo que procede del exterior.
Las personas proactivas poseen una postura activa frente a lo que le sucede. No esperan a que otros les den indicaciones, siendo ellas las que proponen y plantean la acción. Una actitud proactiva es la que se caracteriza por poseer iniciativa y estar preparada para emprender el cambio o la acción.
De manera general, la actitud proactiva se valora de manera positiva a nivel laboral y se considera una capacidad interesante a varios niveles, aunque en realidad nadie es totalmente proactivo en todas las dimensiones de la vida, pudiendo serlo en algunos contextos y no en otros. Una persona proactiva está preparada para actuar de manera activa cuando surge un problema, es decir, será capaz de buscar una solución y tomar decisiones independientes, algo que una persona pasiva o reactiva no hará porque esperará a que le den instrucciones.
Los especialistas señalan que, entre las ventajas de ser proactiva, destacaría que nos permite tomar decisiones críticas y prevenir la aparición de situaciones complicadas, facilita un aprendizaje práctico porque al hacer cosas aunque nos equivoquemos podemos aprender más que esperando a que alguien nos diga qué hacer, permite que los demás valoren o noten nuestro esfuerzo y mejora nuestra gestión del tiempo evitando procrastinación y la rumiación de las decisiones
Es posible aprender a mantener una actitud más proactiva ante la vida. Los especialistas señalan que, entre las recomendaciones para aumentar la proactividad, destacarían:
1-Aportar sinceridad, fundamentalmente a ti misma. Cuando procrastinamos manejamos de manera inadecuada nuestras emociones y dejamos de realizar actividades que nos generan malestar. Es preferible ser sinceras respecto de lo que sentimos y afrontar las cosas que hay que hacer con el compromiso necesario para hacerlo rápido y bien (sin demorarlo y hacerlo de sin interés y mal).
2-Buscar soluciones y no culpables. La proactividad pospone el castigo y la recompensa, dando prioridad a la solución de los problemas. Las personas que carecen de proactividad y son reactivas se quedan paralizadas en la atribución de responsabilidades a otras personas y se mantienen pasivas.
3-Intentar practicar el pragmatismo. La proactividad se focaliza en lo que resulta útil, inmediato y estratégico. Cuando hay que tomar decisiones inmediatas, es mejor centrarse y actuar sin excesivas teorizaciones que retrasan la respuesta.
4-Olvidar la ley del mínimo esfuerzo. Cuando se invierte en una tarea lo mínimo que puedes aportar, avanzarás lentamente y no verás los resultados deseados. Si te comprometes en la actividad, lograrás avanzar y podrás prevenir problemas futuros que, sin una verdadera implicación, no habrías podido anticipar.