La vesícula biliar es un pequeño órgano con forma de pera situado debajo del hígado, encargada de almacenar bilis. Su funcionamiento es automático pero, en algunas ocasiones, pueden formar incómodos cálculos biliares. Las causas de aparición de cálculos biliares se asocian a desequilibrios en los componentes que forman la bilis. En ...
La vesícula biliar es un pequeño órgano con forma de pera situado debajo del hígado, encargada de almacenar bilis. Su funcionamiento es automático pero, en algunas ocasiones, pueden formar incómodos cálculos biliares.
Las causas de aparición de cálculos biliares se asocian a desequilibrios en los componentes que forman la bilis. En algunos casos se forman por el exceso de colesterol que los ácidos biliares no consiguen descomponer (debido, por ejemplo, a un exceso de grasa en la dieta habitual), por exceso de bilirrubina (un pigmento amarillento de la bilis formado por degradación de los glóbulos rojos) o por vaciado incompleto de la vesícula.
El desarrollo de cálculos biliares se asocia a factores como seguir una dieta alta en grasas, presentar sobrepeso u obesidad, ser mayor de 60 años, ser mujer, presentar diabetes, tener antecedentes familiares de cálculos biliares, estar embarazada, tomar píldoras anticonceptivas, seguir una dieta baja en calorías y perder peso recientemente de forma muy rápida.
La mayor parte de las personas que tienen cálculos biliares no presentan síntomas. Cuando el cálculo sale de la vesícula biliar y se sitúa en un conducto estrecho, puede obstruirlo y provocar vómitos, náuseas, ictericia (la piel puede adquirir un color amarillento) y un ataque de vesícula biliar (dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen y/o en la parte superior de la espalda, que suele iniciarse de forma repentina y durar varias horas, provocando la irritación e inflamación de la vesícula biliar y produciendo fiebre y dolor durante horas).
El diagnóstico debe hacerlo el médico a partir del examen físico, la sensibilidad abdominal, un análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por imágenes. Los ataques de vesícula biliar suelen producirse tras la ingesta de comidas pesadas y, con mayor probabilidad, por la tarde o durante la noche. El ataque finaliza cuando se desplaza el cálculo que producía la obstrucción. Si se prolonga en el tiempo, pueden presentarse complicaciones. Es necesario consultar al médico de inmediato.
En principio, no tiene que repetirse el ataque, aunque no se descarta que pueda suceder de nuevo. Los cálculos biliares no suelen constituir signos de otra alteración en el organismo, pero sólo el médico puede indicar lo que se debe hacer en cada caso concreto y es imprescindible seguir sus indicaciones.
Convivir normalmente con los cálculos biliares es posible porque no suelen presentarse síntomas y se puede tolerar su presencia sin que se vea afectada la calidad de vida del paciente. Cuando aparecen síntomas, es preciso consultar al médico. Si la intervención pautada no resulta eficaz, puede ser necesario que el médico extirpe la vesícula biliar mediante una cirugía sencilla que no suele causar problemas ni alterar la actividad posterior.