La menopausia se caracteriza por la desaparición definitiva de la menstruación debido a la pérdida de la función ovárica. En ese momento cesa la capacidad reproductiva de la mujer, se reduce el funcionamiento de los ovarios y su producción hormonal disminuye. Este proceso conlleva una serie de cambios psicológicos y ...
La menopausia se caracteriza por la desaparición definitiva de la menstruación debido a la pérdida de la función ovárica. En ese momento cesa la capacidad reproductiva de la mujer, se reduce el funcionamiento de los ovarios y su producción hormonal disminuye. Este proceso conlleva una serie de cambios psicológicos y fisiológicos en el organismo a los que se añaden los debidos al paso de los años.
La edad de aparición se sitúa en torno a los 50 años, considerándose un marcador biológico del envejecimiento, pues cuanto más tardía es, mayor es la longevidad. Se relaciona con ciertos factores asociados como el estado nutricional (cuanto mejor sea la dieta, mayor retraso se produce en la desaparición de la menstruación) y el consumo de tabaco (las mujeres fumadoras metabolizan más rápidamente los estrógenos por lo que se puede adelantar en uno o dos años), entre otros.
La menopausia no aparece de repente. Va precedida de una serie de manifestaciones clínicas, endocrinológicas y biológicas relacionadas con el descenso de la producción de estrógenos, que pueden acentuarse por razones psicológicas y sociológicas de rechazo a la nueva situación. La mejor manera de afrontarlo es comprender que se trata de una nueva situación personal que puede durar muchos años.
Muchas mujeres con la menopausia y la reducción de estrógenos a ella asociada sufren una serie de síntomas que deben ser consultados al médico. Destacarían:
1-Alteraciones en el estado de ánimo. Pueden presentarse ansiedad y depresión, que deben ser diagnosticadas y tratadas por el médico.
2-A nivel cardiovascular. La desaparición de la acción cardioprotectora de los estrógenos, aumenta el riesgo de sufrir alteraciones como la hipertensión, por ejemplo.
3-Osteoporosis. Provocada por la falta de mineralización de los huesos y que puede ocasionar varios problemas asociados (como fractura de cadera, por ejemplo).
4-Sofocos. Con aumento de la sudoración incluso por la noche.
6-Sequedad de las mucosas, especialmente a nivel genitourinario, que puede provocar picor y problemas durante las relaciones sexuales.
7-Trastornos variados como insomnio, nerviosismo, cefaleas e irritabilidad, por ejemplo.
A pesar de que recibas buenos consejos, lo más recomendable sería acudir a las revisiones habituales y ponerse en manos de los especialistas médicos. Seguir sus indicaciones y mantener una buena comunicación, te ayudará a verlo con total naturalidad.
Céntrate en tus sensaciones y transfórmalas en pensamientos positivos. Es un momento nuevo y eres una mujer plena, sabes lo que quieres y tienes experiencia. Haz lo que te apetezca y disfrútalo. No te angusties con lo que puede pasar y, si la ansiedad te supera, consulta a un psicólogo.