Los teléfonos móviles y demás dispositivos han pasado de ser herramientas para hacer llamadas a convertirse en el centro de nuestra vida social, profesional y emocional. De ahí que haya surgido un nuevo concepto para definir los altos niveles de ansiedad y dependencia tecnológica: la nomofobia. Más común de lo que ...
Los teléfonos móviles y demás dispositivos han pasado de ser herramientas para hacer llamadas a convertirse en el centro de nuestra vida social, profesional y emocional. De ahí que haya surgido un nuevo concepto para definir los altos niveles de ansiedad y dependencia tecnológica: la nomofobia.
Más común de lo que pensamos, para muchas de nosotras, especialmente aquellas que equilibran múltiples roles (trabajo, familia, vida social), el teléfono puede ser un salvavidas. Sin embargo, esa dependencia puede transformarse en un problema cuando sentimos una necesidad constante de verificar notificaciones, navegar por redes sociales o asegurarnos de no "perdernos nada". Una sensación que puede incluir algunos síntomas como ansiedad o estrés cuando no tienes el móvil a mano, verificación compulsiva del teléfono, incluso sin notificaciones, dificultad para concentrarte en actividades sin mirar el dispositivo, y uso excesivo del móvil hasta el punto de afectar relaciones personales o laborales.