La miel de Manuka proviene de un arbusto llamado `Leptospermum scoparium´ que crece en Nueva Zelanda. Su periodo de recolección se concentra en solo unas cuantas semanas al año, que coinciden con la floración de la planta. Durante ese tiempo los apicultores especializados supervisan la calidad del producto y este pasa por diversos controles por parte de las autoridades para corroborar que su proceso de obtención y elaboración ha sido el correcto. Se recomienda comprobar la etiqueta del frasco antes de adquirirlo, para revisar el valor del MGO o metilglioxal un componente al que se le asocian diversas propiedades, entre ellas las antibacterianas, y su valor puede variar en función del tipo de miel que se elija. Cuanto más alto sea la cifra que acompaña este dato, de mayor poder antibacteriano tendrá y esto se verá reflejado en su precio, que irá en aumento. Según indican en la página web de Manuka World, "a diferencia del peróxido de hidrógeno que encontramos en la miel común, el Metilglioxal o MGO no queda neutralizado por las enzimas del tracto intestinal, por este motivo, es tan efectivo en la lucha contra las bacterias perjudiciales". 

Otro de los aspectos que habrá que fijarse es en el nivel de UMF (Unique Manuka Factor), un sistema de clasificación que evalúa el factor antibacteriano del producto analizando sus componentes. De este modo, esto "cuanto mayor sea el número UMF®, mayor será el poder antibacteriano", tal y como apuntan en la página web de elcorteingles.es dedicada a esta sustancia. 

Un complemento para la dieta y el autocuidado
Es viscosa, densa, su color puede variar entre dorado y marrón oscuro, y su aroma es intenso, al igual que su sabor. Se deben consumir entre una o dos cucharaditas al día para comprobar los beneficios que tiene para la salud. Es antibacteriana, por lo que además de ser ideal para tomar cuando tenemos dolor de garganta o como medida de prevención ante catarros o gripes, nos ayuda a mejorar los problemas digestivos, es antiinflamatoria, refuerza las defensas, sirve también para echar sobre las heridas para facilitar su cicatrización y es antioxidante, entre otros muchos beneficios, tal y como se observa en la web de manukaworld.es. Puede consumirse directamente o utilizarse para endulzar los postres, el té o las infusiones, untar unas tortitas, gofres o unas rebanadas de pan, añadirlo a los yogures, ensaladas o batidos para aderezarlos, así como condimentar las salsas, pastas, pescados o carnes con ella. Incluso se puede encontrar en productos de cuidado personal, como mascarillas faciales, jabones, pastas de dientes, bálsamos, champús o cremas faciales. De este modo, además de cuidar el sistema inmunológico, en su formato cosmético aparece representado como bálsamo labial, manteniendo los labios hidratados y protegidos frente a las agresiones climatológicas externas. También se encuentra en champú o crema facial, mejorando así la salud capilar y nutriendo la piel, al tiempo que proporciona elasticidad.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Jennifer Yung en Unsplash.