El Día Mundial de la Diabetes se celebra el 14 de noviembre, aniversario del nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922. Con motivo de esta efeméride, y ante el alarmante incremento de la prevalencia de esta patología en la infancia, Roque Cardona, ...
El Día Mundial de la Diabetes se celebra el 14 de noviembre, aniversario del nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922. Con motivo de esta efeméride, y ante el alarmante incremento de la prevalencia de esta patología en la infancia, Roque Cardona, pediatra especialista en diabetes del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, explica a EsVivir cómo el niño y su entorno debe gestionar la convivencia con la enfermedad.
En España, indica, hay unos 16.710 niños diagnosticados de diabetes 1 y se estima que cada año se detectan en nuestro país entre 1.200 y 1.500 casos nuevos de diabetes tipo 1 en menores de 15 años. Según el doctor Cardona, los primeros síntomas de diabetes tipo 1 en los niños suelen ser "un aumento de las ganas de beber agua, aumento de las ganas de orinar y la pérdida de peso, que paradójicamente suele estar unida al aumento del apetito".
"Hoy en día, con los nuevos tratamientos, un niño diagnosticado de diabetes tipo 1 puede vivir una vida igual de larga y feliz que la de un niño sin esta condición, sin apenas complicaciones que necesiten asistencia sanitaria", explica el experto. Sin embargo, este tratamiento implica también una toma de decisiones y es necesario por tanto que un equipo multidisciplinar (con enfermeras expertas, dietistas, psicólogos, etc.) forme a la familia y al menor sobre cómo gestionar los cuidados de esta condición.
Entre otras cosas, el niño debe aprender cómo manejar su nivel de glucosa en sangre y cuándo está dentro de rango aconsejable según su edad. También debe aprender a contabilizar los hidratos de carbono de las comidas y entender cuándo, qué cantidad y qué tipo de insulina necesita (de acción rápida o lenta) según la actividad que vaya a realizar. Y, sobre todo, debe entender ante qué tipo de síntomas o situaciones deben pedir ayuda a un adulto.
Según la edad y carácter del niño y su entorno, esto puede suponer al principio un verdadero reto en el día a día del colegio, un ámbito donde el control de los padres queda diluido. "Por fortuna, las nuevas tecnologías como los sistemas de monitorización flash y continua de glucosa han revolucionado la gestión de la diabetes y han supuesto un apoyo para los niños y su familia. Los padres pueden incluso poner alarmas que les avisan si hay una bajada o una subida de glucosa potencialmente peligrosa para el menor", señala Cardona. Así, estas herramientas facilitan el manejo de esta condición tanto para el niño como su entorno y promueven la autonomía de los menores, un aspecto especialmente importante en etapas como la adolescencia.
Respecto al aprendizaje en la gestión de la condición, Cardona aconseja "no juzgar si el niño o adolescente lo hace bien o mal. Lo que hay que hacer es darle apoyo y herramientas, ya sea apoyo psicológico, coaching, análogos de insulina de nueva generación o dispositivos tecnológicos. Hay que entender la educación y formación en diabetes como un continuo, en función de las necesidades".
Sin embargo, no solo hay que educar al menor con diabetes y a su familia. Tanto los profesores como el resto de los empleados de la escuela deben conocer las necesidades de los menores con esta condición y otras que afecten a su salud. Por ejemplo, un niño con diabetes debe tener acceso libre y sin restricciones al agua y al baño. También puede que necesite comer fuera de las horas programadas para compensar sus niveles de glucosa.
Es fundamental además que los docentes sepan cómo actuar al menos ante los problemas más típicos y las situaciones de mayor riesgo mientras llega la ayuda sanitaria. Los profesores deben reconocer, al igual que el menor, los síntomas de una hipoglucemia o una hiperglucemia, saber cuáles son los alimentos con hidratos de carbono de acción rápida, qué debe llevarse el niño cuando hace actividades fuera del colegio...
En la práctica, teniendo en cuenta todas estas cuestiones y gracias al cambio de paradigma que han supuesto las nuevas tecnologías, los niños con diabetes están integrados en el entorno escolar y "pueden tener una vida igual de feliz, de saludable y de productiva que la de quien no tiene diabetes", concluye el especialista.