Los datos que manejan los especialistas en relación a los desperdicios alimentarios en el hogar resultan demoledores. De manera preventiva, se recomienda planificar y elaborar tu propia lista de la compra y comprar únicamente lo que hayas incluido en ella, aunque sea Navidad. Es posible reducir el gasto innecesario y evitar ...
Los datos que manejan los especialistas en relación a los desperdicios alimentarios en el hogar resultan demoledores. De manera preventiva, se recomienda planificar y elaborar tu propia lista de la compra y comprar únicamente lo que hayas incluido en ella, aunque sea Navidad.
Es posible reducir el gasto innecesario y evitar la generación de un exceso de residuos alimentarios que dañan el medio ambiente, si consigues hacer un uso correcto de los alimentos que te hayan sobrado.
En este sentido y, de manera general, los expertos señalan que sería recomendable:
1-Si has comprado más comida de la realmente necesaria, calcula lo que necesitas para la elaboración del menú antes de empezar a cocinar. Puedes congelar el exceso o mantenerlo frío, en función de las características de cada alimento. También serán bien recibidos en los bancos de alimentos de tu localidad y pueden participar los niños de la familia en esta donación para educarles en valores positivos.
2-Si los invitados hacen aportaciones imprevistas que aumentan excesivamente lo que vas a ofrecer en la comida, no te bloquees. Les gustará ver que lo pones en la mesa, pero no es necesario que pongas toda la cantidad. Calcula las necesidades de los comensales y refrigera lo que no vayáis a comer.
3-Cuando te han sobrado alimentos cocinados, puedes guardarlos en envases de uso alimentario y en pequeñas cantidades. Cuando estén fríos, congélalos, si es posible, para ir consumiéndolos a lo largo de las siguientes semanas, por ejemplo. Si se trata de alimentos que no pueden ser congelarlos, sería recomendable mantenerlos refrigerados y consumirlos cuanto antes. No deben guardarse más de cuatro días porque se estropearán ni se deben refrigerar alimentos elaborados con determinados componentes de riesgo microbiológico (como el huevo crudo, por ejemplo).
4-Si es preciso volver a calentar la comida que te haya sobrado, es necesario hacerlo a alta temperatura (se recomienda superar los 70 ºC, pudiendo comprobarse utilizando un termómetro para alimentos). La comida ha estado expuesta a la temperatura ambiental y los microorganismos han podido proliferar.
5-No se recomienda, en ningún tipo de alimento, volver a congelarlo si ha sido previamente descongelado, aunque lo hayas cocinado.
6-Si los invitados quieren llevarse una parte de la comida que ha sobrado, es necesario que vaya bien conservada en recipientes específicos para alimentos y que la transporten a temperatura adecuada. Se recomienda emplear, en función de la distancia, bolsas isotérmicas, una nevera de playa o una bolsa isotérmica con una placa de enfriamiento específica (en ningún caso debería emplearse hielo porque, cuando se licúa, el agua generada puede contaminar y estropear los alimentos) para evitar cambios bruscos de temperatura.