El caqui o palosanto es originario de China, donde se cultiva desde hace muchos años. Desde ahí se extendió por diferentes puntos de Asia y llegó a Japón, de donde proviene su nombre. A mediados del siglo XIX llegó a Norteamérica y desde ahí a los países mediterráneos, donde se ...
El caqui o palosanto es originario de China, donde se cultiva desde hace muchos años. Desde ahí se extendió por diferentes puntos de Asia y llegó a Japón, de donde proviene su nombre. A mediados del siglo XIX llegó a Norteamérica y desde ahí a los países mediterráneos, donde se cultiva en la actualidad.
Botánicamente se conoce como Diospyros kaki. Nace en un árbol de madera dura apreciada en ebanistería. Las hojas se vuelven de un intenso color rojo y anaranjado antes de caer en otoño. En ese momento se ven los caquis de color rojo brillante y pueden ser recolectados y comercializados.
Existen numerosas variedades de caquis aunque, comercialmente, se cultivan pocas. Se clasifican en astringentes y no astringentes debido a su riqueza en taninos (compuestos amargos que provocan aspereza en el paladar y cuya presencia va desapareciendo a medida que el caqui madura). En España se comercializan, fundamentalmente dos variedades denominadas classic y persimón.
En su composición química destaca la presencia de hidratos de carbono (principalmente fructosa y glucosa), vitaminas (provitamina A, vitamina C y, en menor cantidad, vitamina B6, K y E), fibra soluble (pectina y mucílagos, fundamentalmente) y minerales (especialmente abundante el manganeso, seguido por el cobre, el potasio, el magnesio y el fósforo). Aporta aproximadamente 70 calorías por cada 100 gramos.
Los especialistas señalan que, entre las propiedades del caqui, destacarían:
1-Capacidad antioxidante. Presenta catequinas, ácido betulínico, antocianidinas, licopeno y luteína por lo que reduciría la alteración de los tejidos y protegería las células de la actividad de los radicales libres y otras sustancias negativas para la salud.
2-Consumo recomendado a todas las edades. Lo pueden comer los niños, si el pediatra no indica lo contrario.
3-Cuida la vista. Contiene zeaxantina, un carotenoide que protege especialmente la salud ocular y previene la degeneración macular asociada a la edad.
4-En su momento óptimo de maduración, su fibra regula el tránsito intestinal y alivia la gastritis. Cuando los caquis son verdes, resultan astringentes.
5-Se considera energético por su contenido en hidratos de carbono. Resulta muy recomendable para deportistas y personas que realicen trabajos físicos de alta intensidad.
Puedes comprarlos en su momento de sazón y consumirlos o conservarlos (congelados o desecados, por ejemplo). Lo más habitual es su consumo en crudo cuando está maduro. Se puede comer a mordiscos con la piel o cortarlo en horizontal y comerlo con una cuchara, por ejemplo.
En la cocina puedes mezclarlo con queso, leche, yogur y frutos secos, por ejemplo. Es adecuado para elaborar compota o mermelada, hacer una ensalada o caramelizarlo con cebolla o puerro, entre otros. También se puede incluir en cremas, pizzas de verduras, rellenos y tartas vegetales, en cantidad moderada. Combina bien con la pasta, los cereales, el arroz o la quinoa, por ejemplo.