La Real Academia Española de la Lengua define resiliencia como la capacidad que tenemos los seres humanos de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponernos a ellas. Desde la psicología se describe resiliencia como la capacidad de afrontar los momentos de crisis o las situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos ...
La Real Academia Española de la Lengua define resiliencia como la capacidad que tenemos los seres humanos de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponernos a ellas. Desde la psicología se describe resiliencia como la capacidad de afrontar los momentos de crisis o las situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas. Boris Cyrulnik, la dio a conocer en el campo de la psicología expresando que la resiliencia implica un nuevo desarrollo tras vivir un problema psíquico traumático e incluye varios factores en una persona (neurológicos, afectivos y psicológicos, por ejemplo).
La resiliencia no es una cualidad innata, aunque podría existir una tendencia genética que puede predisponernos a tenerla y es posible desarrollarla a lo largo de la vida. Algunas personas son resilientes porque han tenido algún modelo de resiliencia en su infancia (padres o alguien cercano, por ejemplo). Otras la han desarrollado por sí mismas, al tener enfrentarse a situaciones adversas o haber fracasado y no haberse dado por vencidas desarrollando las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes retos de la vida. Cualquiera puede adquirir resiliencia cambiando algunos hábitos y creencias.
Los especialistas señalan que, de manera general, las personas resilientes:
1-Consiguen superar las situaciones negativas que les ha tocado vivir y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial personal.
2-Destilan buen humor y, a pesar del sufrimiento, son capaces de afrontar la vida con una sonrisa en los labios y transmitir emociones positivas a los demás.
3-Perciben que en la vida hay momentos difíciles, pero no definitivos. Tienen una forma diferente y más optimista de ver el mundo porque saben que, después de una mala experiencia, siempre llega la calma.
4-Son capaces de reestructurar sus recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de sus necesidades.
Es posible fomentar resiliencia en los niños. Es importante que nuestros hijos sientan un apego seguro (precisan sentir seguridad y protección) y educarles en la capacidad de ser resilientes. Necesitan nuestro ejemplo, que evitemos sobreprotegerles y creer en ellos para conseguir que sean capaces de afrontar las dificultades de la vida con fortaleza.
Cuando un niño tiene un problema es importante escucharle, ayudarle a interpretar lo sucedido, confiar en él y tratar de que sea capaz de ver que es posible sacar algo bueno de lo que le ha pasado. Así pueden aprender a relativizar la situación y a ver los errores y los problemas como una oportunidad para aprender y mejorar sin negar sus emociones. Es preciso que sean capaces de reconocer lo que sienten, que puedan expresar sus emociones y transmitirles la confianza de que son capaces de afrontar lo sucedido.