Las castañas son toda una joya nutricional que nos regala el otoño. Algunos de sus beneficios nutricionales son: 

1. Son buenas para el aparato digestivo, ya que contienen mucha fibra: Las castañas contienen una gran cantidad de fibra, algo fundamental para nuestro sistema digestivo. Ayudan a mejorar el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento. Además, la fibra también ayuda a que nos mantengamos saciadas, algo ideal si seguimos una dieta de adelgazamiento.
2. Son bajas en grasas: A diferencia de otros frutos secos, las castañas son relativamente bajas en grasas. De hecho, son una opción ideal si te gustan los frutos secos, pero te preocupa comer calorías en exceso. 
3. Aportan una dosis extra de energía: Las castañas son una fuente rica en carbohidratos complejos. Por ello, proporcionan energía de liberación lenta, ayudándonos a mantenernos activas durante el día sin picos de glucosa en sangre. 
4. Son fuente de vitaminas y minerales: Las castañas son ricas en vitamina C, clave para mantener nuestro sistema inmunológico fuerte, especialmente en otoño e invierno. También contienen vitaminas del grupo B, como la B6, que es vital para la producción de neurotransmisores. Además, son ricas en minerales como el potasio, ideal para mantener la presión arterial a raya.
5. Antioxidantes: Las castañas contienen antioxidantes, como el ácido gálico y el ácido elágico, que ayudan a combatir los radicales libres y a reducir el estrés oxidativo en el cuerpo, por lo tanto, ayudan a retrasar el envejecimiento prematuro y algunas enfermedades crónicas.
6. Ideales para personas celíacas: Si sigues una dieta sin gluten, las castañas pueden ser tus mejores aliadas, ya que no contienen gluten de forma natural. Además, la harina de castaña se usa como sustituto del trigo en muchas recetas para personas alérgicas al gluten.

Una receta exquisita con castañas: Crema de castañas y calabaza

Compartimos contigo una receta deliciosa, perfecta para esos días frescos de otoño en los que apetece disfrutar de cremas y sopas calientes. Esta crema de castañas y calabaza no solo es reconfortante, sino que también es nutritiva y muy fácil de preparar.

Ingredientes:

• 300 g de castañas peladas
• 400 g de calabaza
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo
• 1 litro de caldo de verduras
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• Sal y pimienta al gusto
• Un toque de nuez moscada

Preparación:

1. Pela las castañas. Si te resulta difícil, un truquito es hacerles un pequeño corte y hervirlas durante unos minutos para que la cáscara salga más fácilmente.
2. Corta la calabaza en trozos medianos y reserva.
3. En una olla grande, calienta el aceite de oliva y añade la cebolla picada y el ajo. Sofríelos a fuego lento hasta que estén dorados.
4. Añade las castañas peladas y la calabaza a la olla y cocina durante unos minutos removiendo bien.
5. Vierte el caldo de verduras sobre las castañas y la calabaza, y lleva a ebullición. Deja que todo hierva durante unos 20-25 minutos, hasta que la calabaza y las castañas estén tiernas.
6. Retira del fuego y tritura la mezcla con una batidora de mano hasta obtener una crema suave.
7. Añade sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Si la crema está demasiado espesa, puedes agregar un poco más de caldo o agua.
8. Sirve caliente con un chorrito de aceite de oliva por encima y, si te apetece, decora con unas castañas asadas para darle un toque extra.

¡Y listo! Una crema otoñal de castañas y calabaza que no solo te llenará de energía, sino que también te reconfortará en esos días fríos.