Convertirse en madre es una de las experiencias más emocionantes en la vida de una mujer, pero también suele ser una etapa llena de incógnitas. Desde el momento que el test de embarazo da positivo, hasta el mínimo hábito cotidiano puede llegar a plantear interrogantes ¿Es normal este o aquel ...
Convertirse en madre es una de las experiencias más emocionantes en la vida de una mujer, pero también suele ser una etapa llena de incógnitas. Desde el momento que el test de embarazo da positivo, hasta el mínimo hábito cotidiano puede llegar a plantear interrogantes ¿Es normal este o aquel síntoma? ¿Qué productos hay que eliminar de la dieta? ¿Se puede hacer ejercicio? Y así hasta el infinito.
Pues bien, un estudio dirigido por la Universidad de Queensland (Australia) ha dado respuesta a una de las cuestiones más recurrentes ¿Puede una embarazada tomar café? La respuesta es sí, aunque siempre siguiendo las pautas médicas sobre el consumo de cafeína. Y es que esta investigación no ha logrado encontrar vínculos sólidos entre el consumo de cafeína durante el embarazo y las dificultades del desarrollo neurológico en los niños.
"Los escandinavos son algunos de los mayores consumidores de café del mundo, beben al menos 4 tazas al día, y hay poco estigma sobre el consumo de café durante el embarazo. Nuestro estudio utilizó datos genéticos de madres, padres y bebés, así como cuestionarios sobre el consumo de café de los padres antes y durante el embarazo", explican la doctora Gunn-Helen Moen
y la estudiante de doctorado Shannon D´Urso, del Instituto de Biociencia Molecular (IMB) de la UQ, quienes lideraron un análisis genético en profundidad de los datos de decenas de miles de familias en Noruega.
Además, los participantes también respondieron preguntas sobre el desarrollo de su hijo hasta los 8 años, incluidas sus habilidades sociales, motoras y lingüísticas. "Nuestro análisis no encontró ningún vínculo entre el consumo de café durante el embarazo y las dificultades del desarrollo neurológico de los niños", apuntaron en este sentido.
Los cambios fisiológicos durante el embarazo impiden que la cafeína se descomponga fácilmente y puede atravesar la placenta y llegar al feto, donde no hay enzimas para metabolizarla. Por ello, se pensaba que la acumulación de cafeína afectaba al cerebro fetal en desarrollo, pero los estudios de observación anteriores no podían explicarlo, como en el caso de otros factores ambientales como el alcohol, el humo del cigarrillo o la mala alimentación. Así pues, el estudio australiano utilizó un método llamado aleatorización mendeliana que se basa en variantes genéticas que predicen el comportamiento de consumo de cafeína y pueden separar el efecto de diferentes factores durante el embarazo. Es decir, imita un ensayo controlado aleatorio sin someter a las madres embarazadas y sus bebés a ningún efecto nocivo.
"El beneficio de este método es que los efectos de la cafeína, el alcohol, los cigarrillos y la dieta se pueden separar en los datos, por lo que podemos observar únicamente el impacto de la cafeína en el embarazo", apuntan las doctoras.
Los investigadores utilizan el análisis genético para comprender los rasgos complejos y las enfermedades, especialmente en la vida temprana, y un estudio anterior de la doctora Moen mostró que beber café durante el embarazo no afectó el peso al nacer, el riesgo de aborto espontáneo o muerte fetal. Eso sí, destacan la importancia de seguir los consejos de los profesionales sanitarios para limitar el consumo de cafeína durante el embarazo, ya que puede influir en otros aspectos de la gestación.
Tras estos hallazgos, ahora buscan aplicar análisis similares para comprender más sobre las causas genéticas y ambientales de la neurodiversidad y el efecto de esta sobre otros factores en el desarrollo cerebral del bebé durante el embarazo.