A pesar de que la Navidad podría considerarse un momento satisfactorio y agradable a nivel familiar, la estancia de los niños en casa plantea varios problemas que es preciso resolver. El cambio de hábitos, el aburrimiento porque los niños no saben qué hacer con tanto tiempo libre o la incapacidad ...
A pesar de que la Navidad podría considerarse un momento satisfactorio y agradable a nivel familiar, la estancia de los niños en casa plantea varios problemas que es preciso resolver. El cambio de hábitos, el aburrimiento porque los niños no saben qué hacer con tanto tiempo libre o la incapacidad real de los padres para atender a sus demandas porque siguen manteniendo su ritmo de trabajo, por ejemplo, convierte las vacaciones de Navidad en un momento complicado.
Los expertos señalan que, a pesar de todo, es posible disfrutar de las vacaciones de los niños si consigues organizarte a todos los niveles. Sería recomendable:
1-Animarles a aprender algo nuevo. Cuando no manifiestan ningún interés especial, abrir un abanico de opciones para que vayan conociendo las infinitas posibilidades que tienen a su alcance.
2-Buscar actividades por las que haya mostrado interés previamente. Si les gusta pintar, por ejemplo, buscar alguna actividad de ese tipo porque existen numerosas opciones con diferentes posibilidades que deben considerar un premio, no una obligación.
3-Compartir una película. Escoger una temática de interés adaptada a su edad y verla en familia. Comentar las secuencias que les llamen la atención o que te parezcan interesantes a ti.
4-Elegir actividades intelectuales que les resulten agradables y se sientan implicados. Acude a un concierto o visita un museo, por ejemplo.
5-Excluir los dispositivos electrónicos. Controlar el tiempo que pasan ante la tele o jugando con distintos dispositivos es fundamental. Puede establecerse un horario de uso, pero no deben emplearlos como única fuente de ocio para que tengan tiempo y ganas de dedicarse a otras actividades.
6-Mantener y mejorar sus hábitos alimentarios. Permitir que entren en la cocina a ayudar, preparar nuevos platos y llevarles a hacer la compra, por ejemplo, les hará conscientes de la importancia de la alimentación.
7-Organizar excursiones para contactar con la naturaleza. Acudir a una granja, ver animales y plantas o caminar por el campo resulta muy agradable y es un cambio si viven en la ciudad.
8-Potenciar la lectura. Muchas bibliotecas públicas organizan cuentacuentos gratuitos que les permite conocer a otros niños y aumentan sus ganas de leer.
9-Realizar actividades novedosas y les ayuden a consumir energía y establecer nuevas relaciones con otros niños. Jugar al balón o disfrutar de los columpios en momentos en los que la temperatura sea adecuada, puede resultar muy gratificante.
10-Reducir el sedentarismo. Conseguir que se muevan, evitar los desplazamientos en coche e intentar caminar aunque haga frío.
11-Visitar a la familia. La escasez de tiempo obliga a renunciar a mantener el contacto con personas que viven lejos. Siempre que sea posible, buscar alternativas para reunirse con familiares a los que no ven habitualmente para ampliar su sensación de apoyo familiar.