Sin embargo, ese código de marcado es de suma importancia, pues te indica toda la información del producto, desde su método de obtención (crianza de la gallina) hasta otros datos de trazabilidad, como provincia, municipio o granja de cría. Si bien los huevos a simple vista presentan las mismas características externas, ...
Sin embargo, ese código de marcado es de suma importancia, pues te indica toda la información del producto, desde su método de obtención (crianza de la gallina) hasta otros datos de trazabilidad, como provincia, municipio o granja de cría.
Si bien los huevos a simple vista presentan las mismas características externas, lo cierto es que proceden de distintos métodos de producción que inciden directamente en las condiciones de bienestar animal. Por ello, es interesante que memorices las claves alfanuméricas de los huevos para que compruebes si el producto que has elegido responde a tus expectativas.
Pazo de Vilane, empresa especializada en producción de huevo campero (código 1), nos desvela cómo descifrar en tres sencillos pasos el código del huevo.
En primer lugar, y comenzando por la izquierda, fíjate en un dígito que va del 0 al 3. Este indica el método de cría de la gallina, es decir, cómo vive el ave:
Junto al primer dígito aparecen dos letras y cinco números. Veamos qué significan.
En cada huevo encontrarás unas letras que indican el estado de la Unión Europea donde ha sido producido. En el caso de los huevos de Pazo de Vilane, al ser Galicia, las letras identificativas son ES (España).
A cada provincia española se le asigna un número de dos cifras.
Por último, los números finales marcados en la cáscara determinan la granja de origen de ese huevo.
Por tanto, y sabiendo leer toda esta información, cualquier consumidor podría determinar no sólo el método de cría de la gallina que ha puesto el huevo, sino el país de origen, la provincia, el municipio y la granja determinada.
En la etiqueta de la caja, además de esta información, deberás encontrar obligatoriamente la fecha de consumo preferente, que según establece el Reglamento (CE) n.º 589/2008, que regula la comercialización de los huevos dentro de la UE, no puede exceder los 28 días después de la puesta del huevo.
No es obligatorio marcar cada cascara de huevo con la fecha de consumo preferente (aunque sí el embalaje) pero algunos productores, como Pazo de Vilane prefieren incluirla.