Otoño, la estación que desafía nuestra piel

J.Lizcano

El otoño, con sus cambios climáticos y condiciones más secas, puede ser la estación más dura para nuestra piel, pero con una rutina adecuada de cuidado, podemos mantenerla sana y radiante.

10/10/2024

Cuando pensamos en los desafíos para nuestra piel, el invierno suele ser el primero en venir a la mente. Sin embargo, el otoño es la estación que realmente marca el inicio de los problemas cutáneos. Con sus vientos fríos, la baja humedad y los cambios bruscos de temperatura, este periodo ...

Cuando pensamos en los desafíos para nuestra piel, el invierno suele ser el primero en venir a la mente. Sin embargo, el otoño es la estación que realmente marca el inicio de los problemas cutáneos. Con sus vientos fríos, la baja humedad y los cambios bruscos de temperatura, este periodo puede ser el más difícil para la piel del rostro, especialmente para las mujeres, cuya piel tiende a ser más sensible y susceptible a los daños del clima.

Durante el otoño, pasamos de un clima cálido a un ambiente más frío y seco. Este cambio repentino afecta el equilibrio de nuestra piel, debilitando su barrera protectora y haciéndola más propensa a la deshidratación, la irritación y el envejecimiento prematuro. Por eso, entender cómo estos factores influyen en nuestra piel y adoptar una rutina de cuidado específica para esta temporada puede marcar una gran diferencia en cómo luce y se siente nuestro rostro.

¿Por qué el otoño afecta tanto a la piel del rostro?

- Vientos fríos y secos: Uno de los principales enemigos de nuestra piel en otoño es el viento. Los vientos fríos que empiezan a soplar durante esta estación resecan la superficie de la piel y erosionan su barrera protectora natural. Esto no solo hace que el rostro se sienta más tirante, sino que también puede provocar enrojecimiento e incluso pequeñas grietas o descamación en las pieles más secas.

- Disminución de la humedad en el aire:A medida que las temperaturas bajan, la humedad en el ambiente también desciende. Este cambio provoca que la piel pierda más agua de lo normal, acelerando el proceso de deshidratación. 

- Calefacción interior: También debemos prestar atención a los efectos de la calefacción en interiores. El aire caliente y seco de las estufas y radiadores absorbe la humedad de nuestra piel, agravando aún más la sequedad y potenciando la aparición de líneas finas y arrugas.

- Cambios bruscos de temperatura: Durante el otoño es común pasar de ambientes fríos en el exterior a espacios cerrados y calefaccionados. Estos cambios abruptos de temperatura fuerzan a la piel a adaptarse rápidamente, lo que puede comprometer su elasticidad y agravar problemas como la rosácea o la sensibilidad.

Cómo proteger tu piel en otoño

La buena noticia es que, con los cuidados adecuados, podemos contrarrestar los efectos adversos del otoño sobre nuestra piel. Aquí te compartimos algunos sencillos consejos para mantener tu rostro hidratado y saludable durante esta estación:

- Hidratación intensiva: Apuesta por cremas faciales más ricas y nutritivas. Busca productos que contengan ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, la glicerina o la manteca de karité, que ayudan a retener el agua en la piel y a restaurar la barrera protectora.

- Exfoliación suave: Es fundamental eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel. Sin embargo, en otoño es mejor optar por exfoliantes suaves, que no irriten ni dañen una piel ya de por sí vulnerable. 

- Aceites faciales: Si notas que tu crema hidratante no es suficiente, añade unas gotas de aceite facial a tu rutina. Algunos de los más recomendables son el de argán, jojoba o almendra que resultan excelentes aliados para nutrir en profundidad y proteger la piel del rostro.

- Protector solar, siempre: Aunque el sol de otoño parece menos intenso que el de verano, los rayos UV siguen presentes y pueden dañar la piel. Por ello, es importante seguir usando protector solar de amplio espectro todos los días, especialmente en el rostro.

- Hidratación interna: No olvides que la hidratación de la piel comienza desde adentro. Así que ya sabes, bebe suficiente agua durante el día y consume alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras de temporada (calabaza, zanahorias, espinacas), que ayudan a reparar los daños causados por los radicales libres y a mantener la piel sana.

Adaptar nuestra rutina de cuidado a las necesidades de esta estación te permitirá mantener tu piel hidratada, protegida y radiante, lista para enfrentar los meses más fríos del año. Y aunque cada una de nosotras tenemos una piel diferente, sí que debemos tener en cuenta que es fundamental escuchar lo que tu piel necesita y ajustar tu rutina al cambio de las condiciones climáticas.

 

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