Este pan se elabora con harina, agua, levadura y sal y se somete a un proceso de fermentación y amasado que le otorga este resultado final tan singular. Cuando se está trabajando con la masa se comprueba que esta es escurridiza, se pega a las manos y es muy blandita, ...
Este pan se elabora con harina, agua, levadura y sal y se somete a un proceso de fermentación y amasado que le otorga este resultado final tan singular. Cuando se está trabajando con la masa se comprueba que esta es escurridiza, se pega a las manos y es muy blandita, por lo que hay que manipularla con sumo cuidado, sobre todo en el momento de meterla en el horno. Una vez horneada, ofrece una textura crujiente, su exterior es fino y cuando se abre por la mitad se comprueba que su miga está reducida a la mínima expresión al estar formada por pequeños agujeritos separados. Al morderlo cruje, de ahí que se le conozca con ese nombre, el de pan de cristal, ya que parece como si se fuese a romper en cada bocado.
Este tipo de producto se adapta a todo, desde tostadas para el desayuno, acompañadas de mantequilla y mermelada o en su versión salada, con aceite, jamón serrano y tomate rallado, hasta como acompañamiento de los aperitivos, como embutidos, patés, guacamole o humus. Además, es también ideal para las comidas o cenas, ya sea en bocadillos o hamburguesas. Su textura ligera facilita su manejo, evitando que la salsa añadida al bocadillo se desparrame por fuera y moje el resto del pan, por lo que aporta un valor extra a la experiencia. Compruébalo por ti misma preparando en casa esta receta, siguiendo las indicaciones que aporta Marcos, emesinese en su videotutorial.
(para el prefermento:)
Resto de ingredientes:
Disuelve en un vaso de agua la levadura fresca y echa también la harina. Remueve bien con una cuchara. Tapa el recipiente con papel film y deja reposar el prefermento entre dos o tres horas. Cuando transcurra ese tiempo, coge un bol y vierte en él el agua, añade la levadura e incorpora el preparado anterior. A continuación, agrega la harina y la sal. Trabaja la masa con las manos y después de 10 minutos de amasado, hidrata la masa. Tras amasar entre 15 y 20 minutos, tapa el cuenco con papel film y deja que la masa fermente media hora a temperatura ambiente. Tras este paso, mójate las manos y comienza a hacer pliegues con la masa, tal y como indican en el vídeo. Vuélvela a tapar, dejándola reposar otros 30 minutos. Repite el proceso de plegado, tápala de nuevo y tras pasar media hora más, haz el último plegado, pero estirándolo del centro hacia arriba y plegándolo sobre sí mismo. Seguidamente, cubre el fondo de un táper con aceite, traslada la masa para ahí y guárdalo en la nevera durante un día o hasta dos o tres días como máximo.
También tienes la opción de saltarte este paso y trabajar la masa. Extiende un poco de harina sobre la encimera o superficie de trabajo, vuelca la masa y echa harina sobre ella y pártela en cuatro porciones. Precalienta el horno a máxima potencia, pon los trozos de masa sobre un papel de horno enharinado. Coloca una bandeja metálica cubierta de agua en la base del horno, así como también una piedra o una bandeja del revés en el centro sobre la que tendrás que situar las chapatas y hornéalas durante 10 minutos a más de 250ºC. Finalmente, déjalas 15 minutos más, subiendo la temperatura hasta 230ºC, y rellena la bandeja con más agua.
Si te apetece algo más dulce, pero que siga siendo una masa ligera y crujiente, prueba a preparar la coca de cristal, que propone Anna recetasfaciles en su vídeo. Es una masa alargada, fina y una vez que sale del horno queda crujiente y dorada. Verás que, aunque varíen las cantidades, los ingredientes siguen siendo los mismos que en la receta anterior. En otras recetas, sustituyen el aceite por el anís antes de meterlo en el horno y lo decoran con frutos secos. Puedes reservar un trozo de masa para esta variedad y así comprobar cuál versión te gusta más.
En un cuenco pon la harina y la sal, haz un agujero en el centro e incorpora la levadura desmenuzada, el agua y el aceite, mézclala con un utensilio de madera y pásala para una superficie lisa para continuar amasándola con las manos durante 5 o 10 minutos. Engrasa un recipiente con aceite y métela en él, cúbrela con un paño, dejándola reposar 15 minutos. A continuación, divide la masa en ocho porciones iguales, ayudándote con las manos, forma una bolita con cada una y ponlas sobre una bandeja de horno forrada con papel, vuélvelas a tapar y deja que reposen media hora. Luego, enharina la encimera, estira cada una de las bolas con un rodillo hasta obtener una masa fina, vierte sobre ellas un poco de aceite de oliva y espolvorea un poco de azúcar. Hornéalas a 250ºC entre 15 y 20 minutos.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Serghei Savchiuc en Unsplash.