El mecanismo de control del ritmo circadiano se localiza en el hipotálamo. Abarca ciclos ligeramente superiores a las 24 horas, que, cuando atravesamos varias franjas horarias, se altera porque añadimos o restamos horas. Tras un vuelo de larga distancia, por ejemplo, el sistema personal tiende a prevalecer frente al del ...
El mecanismo de control del ritmo circadiano se localiza en el hipotálamo. Abarca ciclos ligeramente superiores a las 24 horas, que, cuando atravesamos varias franjas horarias, se altera porque añadimos o restamos horas. Tras un vuelo de larga distancia, por ejemplo, el sistema personal tiende a prevalecer frente al del nuevo huso horario, especialmente cuando se viaja hacia al este.
Ese desajuste entre las horas de luz del lugar al que llegamos y nuestro horario habitual causa jet lag o síndrome de los husos horarios. Es más probable que aparezca cuando entre el punto de partida y el de destino existe una diferencia de más de 5 husos horarios. Si la estancia va a ser corta (menos de dos días) lo más probable es que al organismo no le dé tiempo a adaptarse (precisa entre 2 y 7 días).
El jet lag se produce cuando es preciso adaptarse al nuevo horario en poco tiempo, lo que puede causar la aparición de ciertas molestias como somnolencia durante el día, dificultad para conciliar el sueño por la noche, fatiga, dolor de cabeza, falta de concentración, disminución de rendimiento, irritabilidad, ansiedad o falta de apetito, entre otros.
Los especialistas señalan que es posible prevenir y mitigar la sintomatología típica del jet lag siguiendo unas recomendaciones entre las que destacarían:
1-Ajusta tu horario al del destino. Durante el viaje, trata de ajustar tus horas de vigilia y sueño a las del destino, intentando no dormir demasiado en el vuelo (si vas a llegar por la tarde o la noche) o durmiendo (si llegas por la mañana para mantener tu actividad durante el día).
2-Anticipate. Minimiza el cambio y ayuda al organismo a adaptarse al nuevo horario. Los días previos intenta acostarte más temprano y despertarte antes (si viajas hacia el este) o lo contrario (si viajas hacia el oeste).
3-Bebe agua. El ambiente seco y la altitud generan la necesidad de una hidratación adecuada. Evita beber alcohol porque puede empeorar el sueño y causar deshidratación. Tampoco abuses del café.
4-Descansa antes de salir de viaje y durante el trayecto. Descansa lo suficiente antes del viaje. Intenta dormir más horas la noche anterior para afrontar bien el trayecto y poder recuperarte antes. Procura descansar o dormir en el avión (usa un antifaz para evitar que la luz te moleste y tapones para los oídos o música relajante para mitigar el ruido ambiental).
5-Evita la inmovilidad. Activa la circulación paseando por el avión, levantándote del asiento o realizando ejercicios que mejoren la movilidad de las piernas y disminuyan la tensión del cuerpo.
6-Necesitas aclimatarte. Cuando llegues a tu destino, intenta ajustar tu reloj biológico al horario local (cena y come a las horas correspondientes e intenta disfrutar del aire libre durante las horas de luz natural).