La anhedonia es un trastorno que impide que sintamos placer o disfrutemos de actividades que antes no encantaban. Aunque es un término que se asocia con la depresión, también puede aparecer en momentos de estrés o cambios hormonales, como la menopausia. Las mujeres en etapa menopáusica suelen ser más propensas a sufrir anhedonia debido a los cambios emocionales y físicos que atraviesan.

Síntomas de la anhedonia

Los síntomas más comunes de la anhedonia son: 

. Falta de motivación en eventos sociales. 

. Tendencia al aislamiento social. 

. Distanciamiento de amigos y familiares 

. Desconexión emocional con la vida cotidiana. 

Por qué sufrimos anhedonia

La anhedonia está muy relacionada con alteraciones químicas en el cerebro, especialmente con la dopamina, que es el neurotransmisor encargado de generar sensaciones de recompensa y placer. Cuando hay una disminución en los niveles de dopamina, es más difícil disfrutar de las actividades diarias que antes nos hacían sentirnos plenas y felices. 

En la mayoría de los casos, la anhedonia puede aparecer durante la menopausia debido a los cambios hormonales que repercuten directamente sobre el estado de ánimo. La bajada de estrógenos y otros desequilibrios hormonales pueden generar episodios de tristeza, pena, irritabilidad y falta de ganas de hacer nada, que en ocasiones se manifiestan a través de la anhedonia.

¿Cómo combatir la anhedonia?

Aunque la anhedonia puede parecer un obstáculo insuperable, hay maneras de afrontarla y recuperar el disfrute en la vida diaria. Aquí algunos consejos que pueden ayudar:

1. Consulta con un profesional: Si sientes que la anhedonia está afectando tu calidad de vida, lo primero es buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra puede evaluar tu situación y ofrecerte las herramientas adecuadas, ya sea a través de terapia, medicación o una combinación de ambas.
2. Cuidado con los hábitos de vida: El autocuidado es esencial. Mantén una rutina de ejercicio, alimentación equilibrada y suficiente descanso. Estas tres actividades pueden influir directamente en los niveles de dopamina y mejorar el estado de ánimo.
3. Practica la gratitud: Escribir o reflexionar sobre aspectos positivos del día, por pequeños que sean, puede ayudar a cambiar la perspectiva y a valorar las pequeñas cosas de la vida.
4. Establece pequeñas metas: A veces, la clave está en empezar con acciones sencillas. Puedes proponerte pequeños objetivos diarios, como dar un paseo o hablar con un amigo. Lograr estas metas te dará una sensación de logro y satisfacción.
5. Vuelve a tus pasatiempos: Aunque puede ser difícil disfrutar de las actividades que antes te gustaban, intenta reintroducirlas poco a poco en tu vida. La clave está en no forzarse, sino en explorar nuevamente esas cosas que solías amar.
6. Terapias complementarias: Prácticas como el mindfulness o la meditación pueden ayudarte a conectar de nuevo con el presente y a reducir la sensación de vacío emocional.
7. Cuida tus relaciones sociales: Aunque puede parecer más fácil aislarse, intenta mantener el contacto con amigos o familiares. Hablar con otros sobre lo que sientes puede aliviar el peso de la anhedonia.