Los animales salvajes se colocan delante del objetivo de profesionales y aficionados que intentan inmortalizar los mejores momentos. No hay nada pactado, ni normas de cómo posar, es la propia figura animal que se muestra tal y como es en su día a día: sonríe, baila, juega, se cansa, se ...
Los animales salvajes se colocan delante del objetivo de profesionales y aficionados que intentan inmortalizar los mejores momentos. No hay nada pactado, ni normas de cómo posar, es la propia figura animal que se muestra tal y como es en su día a día: sonríe, baila, juega, se cansa, se cae, se enfada, duerme, hace ejercicio… y es que parece que estamos hablando de un ser humano. Al final nos demuestran que no somos tan diferentes y nos vemos reflejados en algunos de sus comportamientos. El concurso Comedy Wildlife Photography Award nació en 2015, de la mano del fotógrafo especializado en la vida salvaje, Paul Joynson-Hicks, MBE, fundador de CWPA, y también se unieron al proyecto el fotógrafo Tom Sullam, cofundador de CWPA, y Michelle Wood, quien comparte la misma pasión por el entorno natural que el resto de sus compañeros.
Con este certamen se busca concienciar al espectador de la importancia de preservar el paisaje que nos rodea y los animales que lo habitan. Aunque cada uno tenga su espacio, es fundamental seguir unas normas de convivencia y priorizar el respecto, ya que, como bien apunta Paul Joynson-Hicks, cofundador de Comedy Wildlife, en la web del evento: "Nuestro mundo es extraordinariamente bello e interconectado, pero la raza humana está haciendo todo lo posible por sobreexplotarlo y dañarlo. Las cuestiones de conservación de la vida silvestre y la sostenibilidad están cobrando impulso a nivel mundial, pero los mensajes y las imágenes tienden a ser negativos, deprimentes y enervantes".
Cada uno de los candidatos que se presentan a este concurso gratuito pueden enviar hasta diez fotografías y dos vídeos. No hay restricciones en cuanto al dispositivo que se utiliza para capturar el contenido audiovisual. Existen hasta nueve categorías (contando con la de los vídeos), que van desde una dedicada a los mamíferos, pasando por las aves, réptiles y anfibios, hasta peces y otras especies acuáticas, entre otras. Los premios también son muy variados: un safari de una semana en Kenia, cámaras con objetivos y mochilas para guardar todo el equipo fotográfico y mantenerlo todo en orden, etc.
En esta edición se recibieron cerca de 9.000 fotografías procedentes de varias partes del mundo. Por el momento, se han anunciado los finalistas y el 10 de diciembre está previsto que se revele el nombre de los ganadores. Entre los retratos elegidos que han llegado a la final y buscan hacerse un sitio en el podio cabe destacar los siguientes:
Una juguetona ardilla exhibe su destreza con un palo, que tanto le sirve para tocar la guitarra, como para marcarse una voltereta o simular el levantamiento de unas pesas.
Un grupo de pingüinos avanza por su camino con seguridad y estilo. No se sabe el destino, pero no hay nadie que le haga frente.
Un águila domina la situación mientras patina sobre el hielo y no debe ser la primera vez que lo hace porque tiene bastante soltura.
No sabemos qué le han contado a este elefante marino o qué ha visto, pero sea lo que fuere le ha alegrado el día.
Esta capibara, en cambio, desearía volver a atrás en el tiempo, ya que el comienzo de semana se le ha complicado un poco.
A este búho la visita a su guarida le ha dejado un poco desconcertado y asustado, ya que no esperaba encontrarse con un pájaro carpintero en su puerta.
Esta ardilla se prepara para amenizar el día a los presentes, agarrando el micrófono floreado con sus manos para comenzar su actuación.
Un oso polar actúa de intermediario y trata de poner un poco de paz al colocarse en medio de un enfrentamiento entre dos osos.
FOTO PRINCIPAL.: Ralph Robinson with ´Gang of four´, una de las fotografías finalistas del concurso fotográfico Comedy Wildlife Photography Award. Imagen extraída del perfil de Facebook de Comedy Wildlife Photography Awards.