A medida que las temperaturas descienden y las lluvias se hacen más intensas y frecuentes, el chubasquero, las botas y el paraguas se convierten en grandes aliados. Pero tras pasar una jornada entre cambios de temperatura, esquivando mojaduras y con los virus respiratorios revoloteando por todas partes, al llegar a ...
A medida que las temperaturas descienden y las lluvias se hacen más intensas y frecuentes, el chubasquero, las botas y el paraguas se convierten en grandes aliados. Pero tras pasar una jornada entre cambios de temperatura, esquivando mojaduras y con los virus respiratorios revoloteando por todas partes, al llegar a casa lo único que apetece es darse una ducha caliente, cambiarse de ropa y comer o tomar algo calentito, por lo que podríamos dar por inaugurada la temporada de cremas, sopas, caldos, guisos y potajes. Si bien es cierto que son platos un poco más contundentes que los que preparábamos en la época estival, están llenos de vitaminas y nos proporcionan la energía necesaria para afrontar los días más fríos, manteniendo las defensas a raya. Aunque se suelen cocinar a fuego lento y tardan un tiempo en hacerse, podemos preparar más cantidad para repartirla a lo largo de los días o congelarla, así siempre tendremos una ración a la que recurrir en los días que andamos más apuradas. Algunas optan por utilizar robots de cocina u ollas exprés para acelerar un poco el proceso.
Abrimos la sección con un guiso, un plato que nos reconecta con la comida casera, preparada con mimo por nuestras madres y abuelas, y que, cuando se servía en la mesa, reinaba el silencio porque todos estábamos concentrados en saborear ese rico manjar. En Platos Fáciles con Tamara emplean garbanzos envasados que ya están cocidos para reducir el tiempo de la elaboración y le dan un toque especial incorporando los langostinos.
Pon una cacerola a calentar al fuego y vierte en su base un chorrito de aceite de oliva y cuando esté caliente agrega media cebolla y los ajos bien picados. Remueve con utensilio de madera, añade el pimentón y el tomate frito. A continuación, incorpora el vino blanco, una hoja de laurel y la guindilla de cayena. Pasados unos minutos introduce en la olla los garbanzos, los langostinos crudos sin cáscara y el caldo de pescado, así como una pizca de sal. Retira con una cuchara la espuma que se vaya formando en la superficie del recipiente. Déjalos que se cocinen durante 10 minutos. Cuando pase el tiempo pertinente, incorpora la Maizena diluida en agua para que el guiso espese y echa el perejil fresco picado. Cocina durante 3 minutos más, remueve y retira del fuego.
Para esos días en los que te duele un poco la garganta, has cogido un resfriado o simplemente no tienes ánimo para nada, prueba con esta crema de verduras, que se prepara un tanto diferente a cómo la haces tú en casa, ya que en vez de rehogar un poco los ingredientes antes de cocerlos, se llevan al horno y se trituran. Encontrarás todos los detalles en el videotutorial de Paufeel.
Lava y corta las zanahorias, los puerros (utiliza solo la parte blanca) y corta y desecha la parte superior de una cabeza de ajo. Pon las verduras en una fuente de horno forrada con un poco de papel, salpimienta las hortalizas, coloca unas ramitas de tomillo fresco encima y añade aceite. Mételas en el horno a 180ºC durante media hora. Seguidamente, pon las verduras asadas dentro del vaso de la batidora o de un procesador de alimentos, añade un poco de agua y tritura. Decora tu plato con unas semillas de trigo sarraceno y de calabaza tostada, y vierte un chorrito de aceite por encima. Si lo deseas puedes comerla así o calentarla.
Otro plato característico de estas fechas son las alubias guisadas. Pero para evitar que resulten pesadas, que sean difíciles de digerir y que termines el otoño y el invierno sin poder disfrutarlas, en el canal de YouTube Recetas de Esbieta ofrecen unas cuantas recomendaciones para que puedas darte el gusto de comerlas.
Deposita las alubias en un bol con agua y déjalas a remojo toda la noche. Al siguiente día, escúrreles el agua con un colador, lávalas con agua fría y vuélvelas a escurrir. Después, mételas dentro de la olla y cúbrelas con agua, agrega los huesos de jamón, tapa el recipiente y deja que hiervan. Quítale la espuma con un colador y baja el fuego. Deberán cocinarse durante 2 horas, pero cada treinta minutos tendrás que echar medio vaso de agua fría. Una vez que las alubias están tiernas, aparta los huesos de jamón para un plato. Seguidamente, pica unos ajos, una cebolla, un trozo de pimiento y unas guindillas. Pon una sartén al fuego, echa un par de cucharadas de aceite, añade la cebolla y el ajo, dejándolos ahí hasta que se pochen. Luego, añade el pimiento y las guindillas, una pizca de sal, el tomate concentrado y remueve. Tendrá que sofreírse unos 5 minutos. Por último, incorpora el sofrito a las alubias, mezcla, añade el tomillo y deja que se cocinen unos 5 minutos más.
La sopa de cebolla y la de ajo son otros de los grandes clásicos de la gastronomía española. Son un buen remedio para cuando estamos en medio de una gripe o de un catarro, ya que cuentan con propiedades antiinflamatorias y ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Además, proporcionan un gran alivio cuando la garganta está irritada. En el canal de Las Recetas de MJ muestran cómo preparar una sopa de cebolla con un toque especial de queso gratinado.
Comienza tostando las rebanadas de pan en el horno o en una tostadora. Después pela, lava y corta un par de cebollas en juliana. Coge una cazuela, echa la mantequilla y cuando se derrita incorpora las cebollas, echa una pizca de sal y deja que se doren. A continuación, vierte el caldo de pollo encima y cocínalo a fuego medio durante 5 minutos. Cuando esto suceda, apaga y pasa la sopa para un recipiente amplio, coloca encima las tostadas, espolvorea queso gruyere rallado al gusto y gratínalo a 220ºC durante unos minutos.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Farhad Ibrahimzade en Unsplash.