El consumo consciente y respetuoso con el medioambiente le gana la batalla al hábito de comprar por comprar. Los consumidores adquieren tan solo los productos que realmente necesitan o aquellos que deben renovarse porque ya han concluido su vida útil. Algunos esperan a los períodos de ofertas para hacerlo o recurren a la ropa de segunda mano, que también es una manera de contribuir al sistema mediante prácticas sostenibles, dándole una nueva vida a las prendas que ya no son necesarias para otras personas. Llena tu armario de básicos y de colores neutros, elige piezas de ropa que no se dejen llevar por las modas pasajeras, sino que, a pesar de las tendencias cambiantes, estas sigan manteniéndose vigentes. Los accesorios, como zapatos, fulares, coleteros, bolsos o bisutería, cumplen su función, aportando un toque personal al outfit elegido. Aunque no hace falta hacerse acopio de mucha cantidad, se priorizan aquellos complementos que combinen bien con cualquier tipo de look u ocasión.

Se trata de que selecciones prendas atemporales, versátiles, de colores similares, que antepongas la calidad frente a la cantidad y que selecciones tejidos y materiales que te resulten cómodos. Así, una vez que abras el vestidor te será más fácil decidir qué ponerte, tendrás más espacio y te resultará más sencillo mantener el orden, y no será necesario que dediques tanto tiempo a su organización. Es lo que se conoce como armario cápsula, que consiste en contar con un número reducido de piezas de ropa que se pueden combinar entre sí, dando lugar a diferentes conjuntos. 

En la temporada de otoño que acabamos de iniciar, tus imprescindibles serán la gabardina y el chubasquero para protegerte en los días de lluvia. Los abrigos con capucha y los de paño, las chaquetas vaqueras, americanas o con efecto piel se convierten en grandes aliadas porque resisten muy bien el paso del tiempo. Una vez que hagas una inversión inicial, te acompañarán con el paso de los años. Las camisas lisas o de rayas son una compra segura porque se adaptan a cualquier conjunto, pudiendo llevarse con abrigo, americana, con una chaqueta vaquera o una gabardina, así como con falda o pantalón. Junto a ellas, las camisetas cortas en blanco, beige, negro y gris te sacarán de más de un apuro, ya que podrás usarlas solas o con un jersey por encima. Los jerséis o chaquetas de lana cortas o largas serán ideales para cuando la temperatura decaiga, combinándolos con vaqueros, faldas o pantalones de pinzas.

Cuando el frío sea más intenso, complétalos con las camisetas de manga larga, ya sean monocolor o de rayas, así como con una bufanda. Los vestidos midi o largos y minimalistas son una buena opción si tienes algún evento programado, una reunión, o si te apetece dejar a un lado el pantalón por unos días, apostando por la elegancia y la comodidad. Tener en tu armario tres pantalones vaqueros, algún pantalón de pinzas y un traje de chaqueta pantalón se convertirá en un imprescindible, permitiéndote adaptarte a múltiples ocasiones, estilos y te proporcionará flexibilidad a la hora de combinarlos con otras prendas o accesorios.

Abriga tus pies con unos botines y ten a mano unas botas de agua por si acaso. Para los días en los que la lluvia da una tregua opta por un calzado cómodo: bailarinas o zapatillas. En cuanto a bolsos, opta por uno pequeño y de bandolera, y por uno más grande para esos días en los que necesitas una capacidad extra. Lo bueno es que una gran parte de las prendas seleccionadas te servirán también para otras épocas del año y tanto se complementarán bien con una ropa de estilo más casual como con una más formal. Con un cinturón, un par de coleteros y piezas de bisutería en acabado dorado o plateado, ya estaría tu armario completo.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Beyzanur K. en Unsplash.