La presbicia es un problema visual que consiste en la disminución de la capacidad del ojo para enfocar los objetos, lo que provoca una pérdida de nitidez en la visión de cerca. Suele presentarse por degeneración del cristalino, la lente óptica natural del ojo y origina lo que se conoce ...
La presbicia es un problema visual que consiste en la disminución de la capacidad del ojo para enfocar los objetos, lo que provoca una pérdida de nitidez en la visión de cerca. Suele presentarse por degeneración del cristalino, la lente óptica natural del ojo y origina lo que se conoce habitualmente como vista cansada.
De manera general, suele presentarse a partir de los 40 o 45 años. Se calcula que, a partir de los 45 años, afecta a 9 de cada 10 personas. Cada vez es más frecuente debido al envejecimiento de la población.
Los especialistas señalan que, entre los síntomas de la presbicia, destacarían:
1-Dificultad para ver de cerca. Se percibe especialmente cuando la persona afectada intenta leer (libros, tiques, prospectos de medicamentos, la hora en el reloj, conversaciones en el móvil o etiquetas de la ropa, por ejemplo).
2-Dolor de cabeza, especialmente cuando se fija la vista durante mucho tiempo en un libro o en la pantalla del ordenador.
3-Fatiga visual al finalizar la jornada laboral o durante las últimas horas del día.
4-Problemas para distinguir letras pequeñas porque se ven borrosas o se mueven.
Existen varias opciones de tratamiento de la presbicia entre los que destacarían:
-Corrección óptica con gafas o lentillas. Se utilizan diferentes tipos de lentes en función de la graduación y las necesidades visuales de cada paciente: monofocales (para la visión de cerca), bifocales (para la visión de lejos y de cerca), progresivas (para la visión a todas las distancias) y ocupacionales (para la visión a distancia media y de cerca, especialmente indicadas para personas que pasan mucho tiempo ante el ordenador).
-Cirugía refractiva. Permitiría compensar la vista cansada con eficacia y seguridad empleando diferentes técnicas como la implantación de lentes intraoculares (monofocales o multifocales para sustituir el cristalino envejecido como en la cirugía de catarata), intracorneales (opción reversible en la que no se altera el cristalino, ya que actúa sobre la córnea, modificando su curvatura y alterando la profundidad de foco del ojo) y técnicas láser (que inciden en la forma corneal y contrarrestan la pérdida de elasticidad del cristalino).
La presbicia es un proceso que, generalmente, progresa hasta estabilizarse alrededor de los 60 o 65 años. La decisión de someterse a una cirugía depende de cada paciente, que debe ser informado y asesorado por el oftalmólogo para evaluar el mejor tratamiento. Es importante realizar un estudio personalizado de cada caso, considerando factores como la edad, la profesión, las preferencias personales y otros problemas refractivos asociados.
El empleo de gafas no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino y, sin la corrección adecuada, lo que se consigue es reducir el confort visual y aumentar las dificultades para realizar numerosas tareas cotidianas.