5 consejos para empezar a priorizar tu salud 

Ángela Zorrilla

El enfoque tradicional que va en la búsqueda del "peso ideal" a menudo conduce a una mentalidad restrictiva y obsesiva con la pérdida de peso, lo que puede generar estrés y ansiedad y, por tanto, una falta de adherencia a los tratamientos y una mayor reganancia de peso tras abandonar una dieta saludable. 

30/09/2024

En los últimos años, el estigma sobre el "peso ideal" ha logrado afectar a muchas personas en diversos aspectos de su vida, como la autoestima, la percepción sobre su imagen corporal, su salud mental, dificultad en el momento de establecer relaciones sociales o, incluso, discriminación, afectando así a sus oportunidades ...

En los últimos años, el estigma sobre el "peso ideal" ha logrado afectar a muchas personas en diversos aspectos de su vida, como la autoestima, la percepción sobre su imagen corporal, su salud mental, dificultad en el momento de establecer relaciones sociales o, incluso, discriminación, afectando así a sus oportunidades en el trabajo, educación y otros ámbitos en la vida.

Esta idea del peso ligado a la estética y los cánones de belleza tiene también una gran probabilidad de provocar falta de adherencia a los tratamientos y una mayor reganancia de peso. Es por ello por lo que no solo se está realizando un cambio de perspectiva y de paradigma a nivel médico y clínico, sino que se percibe un cambio significativo sobre cómo la sociedad empieza a considerar al peso como un indicador directamente relacionado con la salud y ya no solo desde una perspectiva estética.

¿Cuál es el peso ideal?

Los datos muestran que la gente está abandonando la idealización por el "peso ideal" y se está centrando más en su bienestar y salud mental. Según un reciente estudio realizado por PronoKal, el 58% de los encuestados define el "peso saludable" como "tener un peso que te ofrece salud y bienestar, aunque no sea el peso perfecto", lo que indica un alejamiento de la búsqueda del "peso ideal" hacia un enfoque más centrado en el bienestar.

De igual manera, un 31% considera que el peso saludable sería aquel que va acorde con la edad y las condiciones de la persona, lo que revela la importancia de tener en cuenta las características individuales. Finalmente, solo un 11% indica que, para ellos, el peso saludable es sinónimo de peso ideal o de peso que sigue los cánones de belleza actuales.

Asimismo, también se percibe una relación estrecha entre la edad y la motivación para la pérdida y el control del peso: a mayor edad, mayor preocupación por la salud y menos por la estética, y viceversa. Al respecto, la Dra. Maitane Núñez, Medical Advisor de PronoKal Group, afirma que: "Un peso saludable es aquel que le permita a la persona obtener un estado de mayor salud y bienestar desde el punto de vista bio-psicosocial, mejorando y reduciendo los síntomas y las consecuencias de las posibles enfermedades asociadas".

¿Cómo elevar tu salud y bienestar?

Desde PronoKal consideran fundamental superar este estigma sobre el peso ideal, a fin de que las personas puedan adoptar un enfoque más saludable de su propia vida. Por ello, comparten algunos consejos para empezar a priorizar tu salud y elevar tu bienestar general, tanto de cuerpo como de mente, siguiendo un peso saludable:

  1. Establece metas realistas y alcanzables a la hora de empezar un tratamiento de pérdida de peso y cambiar hábitos: en lugar de buscar un "peso ideal", establece metas realistas que te ayuden a mejorar tu salud y bienestar. Concéntrate en pequeños cambios graduales, como reducir el consumo de azúcar, mantener una adecuada proporción de proteína o aumentar la ingesta de verduras, y celebra tus logros a lo largo del camino. 
  2. Descubre el poder de una nutrición equilibrada y tener a la proteína como aliada: diversos estudios han demostrado que una pauta nutricional que incluya la suficiente cantidad de proteína ayuda a preservar la masa muscular y mejorar la funcionalidad durante la pérdida de peso. Consume fuentes de proteína animal, como carnes magras, pollo, pavo, pescados, mariscos, huevos, así como productos lácteos bajos en grasa, como yogur griego, queso cottage y leche. También proteínas de fuentes vegetales, como las legumbres, tofu o el tempeh.
  3. Implementa la actividad física poco a poco en tu rutina: aprovecha el buen tiempo para ejercitarte al aire libre, combinando ejercicios de resistencia y cardiovasculares para tonificar los músculos y mejorar la salud general. Si te cuesta un poco empezar, lo primero que debes hacer es plantearte un objetivo: ¿qué quieres conseguir con este cambio de hábito? Otro consejo es el de elegir actividades que te gusten y te motiven, o hacer partícipe a algún amigo o familiar para acompañarte en tu rutina de ejercicios, ya sea en el gimnasio o al aire libre.
  4. Cultiva una actitud positiva hacia tu cuerpo: practicar la positividad corporal puede ayudarte a abandonar las preocupaciones por el "peso ideal" y enfocarte en tu bienestar. En lugar de centrarte en lo que no te gusta de tu cuerpo, celebra lo que sí te gusta y agradece los pasos que vas haciendo para cuidar de él y de tu salud.
  5. Sigue un tratamiento bajo la supervisión de un profesional: cada persona es un mundo distinto, así como su diagnóstico y sus necesidades. Uno de los elementos más importantes tras la decisión de tratar el sobrepeso y la obesidad es la de hacerlo de la mano de profesionales expertos y con la supervisión de un médico, abordando todas las esferas del estilo de vida: la nutrición, la actividad física y la conducta emocional.

 

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