Como consecuencia y para mantener el ritmo, suele incrementarse el consumo de compuestos "naturales" indicados para esta situación. El producto estrella a este nivel es la jalea real (sola o combinada con polen, vitaminas y minerales). Esta secreción fluida preparada a partir de miel, polen, agua, saliva, hormonas y vitaminas ...
Como consecuencia y para mantener el ritmo, suele incrementarse el consumo de compuestos "naturales" indicados para esta situación. El producto estrella a este nivel es la jalea real (sola o combinada con polen, vitaminas y minerales). Esta secreción fluida preparada a partir de miel, polen, agua, saliva, hormonas y vitaminas es consumida exclusivamente por la abeja reina, lo que se asocia con que vive más y mejor.
En su composición química destaca la presencia de vitaminas C, D, E, A y las del grupo B (B1, B2, B6, ácido fólico), minerales (fósforo, hierro, calcio, cobre, selenio), ácidos grasos insaturados y aminoácidos esenciales.
La presencia de estos elementos aportaría varias propiedades muy interesantes a la jalea real, considerándose:
1-Aumenta la resistencia mental en períodos de estrés o fatiga, siendo interesante para situaciones que requieren mucha concentración.
2-Estimulante del apetito.
3-Reactivador del sistema inmunológico.
4-Reforzante del organismo ante agresiones externas indeseadas, por lo que se recomienda en los cambios de estación o antes del invierno para prevenir catarros e infecciones.
5-Reconstituyente, estimulante y tonificante, lo que permite recuperarse del cansancio físico.
Pero no todo son ventajas, sino que también tiene efectos adversos que provocan que su administración prolongada no sea recomendable. Los efectos negativos más frecuentes son las cefaleas, el aumento de la tensión arterial y del ritmo cardíaco y las náuseas.
Su consumo en estado puro incrementa su eficacia. Se comercializa en forma de pasta con una cuchara dosificadora. La pauta indica tomarla dos veces al día dejando que se disuelva en la boca (tiene efecto balsámico en la garganta): una antes de desayunar y otra antes de acostarse. Debe conservarse en la nevera, protegida de la luz y del aire, ya que su calidad disminuye si no se hace así (envejece y se modifican sus propiedades biológicas y organolépticas).
Otra posibilidad es consumirla liofilizada, pues mantiene sus propiedades. Puedes encontrarla en ampollas con sabor a frutas, en cápsulas, jarabe, etc. y combinada con polen, vitaminas o minerales. La posología debe indicarla el especialista y, si la tomas por tu cuenta, nunca debes sobrepasar lo señalado en el prospecto del laboratorio. Lo más frecuente es tomar una dosis diaria (ampolla, cápsula o cucharada) antes del desayuno con agua o zumo de frutas, durante dos meses y con intervalos de descanso.
Se considera un adecuado complemento alimentario en estados de debilidad o agotamiento físico o psíquico; preventivo en periodos de epidemias gripales y que refuerza el sistema inmunitario de los grupos de riesgo (niños, ancianos y personas debilitadas) pero su consumo debe ser controlado y pautado por un especialista. Consulta a tu médico y sigue sus indicaciones.